EFE
La figura del escritor argentino Julio Cortázar, así como su obra, su vida en París y en especial su más célebre creación, "Rayuela", ocupan la capital francesa desde hoy y hasta el 9 de marzo con actividades literarias y artísticas.
Pionera de la "performance" y el arte efímero, la artista plástica Marta Minujín (Buenos Aires, 1943) mostrará en la plaza del Palais Royal "Rayuelarte", su personal manera de entender el juego de la rayuela, en forma de intervención urbana participativa, con actuaciones de payasos y artistas callejeros.
Las escritoras Silvia Baron Supervielle, Laura Alcoba, Ariana Harwicz y Roxana Páez y el fotógrafo Daniel Mordzinski, también, evocarán al autor argentino con lecturas de extractos de su textos y fotografías, a veces al son de "free jazz", su música preferida.
Además, bajo la pirámide invertida del Carrousel del Louvre, habrá danzas y clases magistrales de tango gratuitas para celebrar al creador de "Historias de cronopios y de famas".
En pleno año Cortazar, al cumplirse el 26 agosto el centenario de su nacimiento y el 12 de febrero el treinta aniversario de su desaparición, esta conmemoración fue promovida por el ministro de Cultura de Buenos Aires, Hernán Lombardi, y la presidenta del comité de animación cultural del distrito I de París, Carla Arigoni.
Se pretende conmemorar el centenario del nacimiento de Cortázar, pero el programa se inscribe igualmente en el marco del Día de la Mujer y la Primavera de los Poetas, dijo a Efe Arigoni.
En 2009, en el 25 aniversario de la muerte de Cortázar, Lombardi impulsó ya una primera edición de "Rayuelarte", que cautivó a los bonaerenses, explicó Minujín, la cual llevó a París 70 rayuelas de seis metros cada una.
Será la segunda ocasión de descubrir las rayuelas multicolores y fluorescentes de esta artista, la cual vivió en París en la década de los 60, donde conoció a Niki de Saint-Phalle, Jean Tinguel, Larry Rivers, Christo, Paul Gette o Manolo Hernández y, presentada por la poetisa Alejandra Pizarnik, a Julio Cortázar.
El juego comenzará el sábado, y quien llegue al cielo tras jugar 10 rayuelas sucesivas con alguna de las 70 piedras mágicas rosas y fluorescentes, talladas en poliestireno y firmadas por Minujín, recibirá de premio una de las 70 "minirayuelas chiquititas" de 70 centímetros previstas al efecto.
Los concursantes serán guiados por una decena de personas con sombrillas de colores al son del saxofón. Será algo "muy alegre y festivo, le va a dar color al Louvre", aseguró.
Cortázar escribió "Rayuela" entre París y Buenos Aires, "se inspiró en el juego de la rayuela para hacer su libro, y yo en su libro para hacer esto", destacó Minujín.
Es un desafío y "un juego de arte" en el que "los participantes son también una obra de arte", pues sin ellos no existiría, comentó antes de resaltar que la idea vuelve así "a la verdad de la rayuela, que es el origen del juego", relacionada con la probabilidad y el azar, con la habilidad también; con el "happening", el tiempo y el espacio.
Si la gente juega, "mi obra tiene éxito, funciona; si no, la obra no existe", consideró la artista, que viajó a París cargada con 500 kilos de peso, consciente de que se arriesga "a que nadie quiera jugar".
La artista, que ha expuesto en algunos de los más grandes museos del mundo y crea obras de grandes dimensiones, tiene previsto retornar a Argentina de inmediato.
Le espera un Lobo Marino de alfajores de 10 metros de altura en el Museo de Arte Contemporáneo de Mar del Plata, que vivirá su momento estelar el 13 de abril, adelantó.