DPA
Analistas peruanos rechazaron la hipótesis de que aún quede por aclarar la pertenencia de un "triángulo terrestre" entre el Perú y Chile, después de que el presidente chileno, Sebastián Piñera, deslizara ese punto tras el malestar que generó en su país el fallo marítimo de la CIJ.
"La frontera terrestre está definida por el Tratado de 1929. Sí es una lástima que la CIJ no haya sido más explícita al respecto", dijo el experto Alejandro Deustua, para quien la tesis de Piñera no tiene ninguna opción de prosperar incluso si llegara a un arbitraje que, por el Tratado, le correspondería al presidente de Estados Unidos.
El altercado se produce hoy, un día después de que la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) se expidiera, tras seis años, sobre el diferendo marítimo que sostenían ambos países por la definición de su límite marítimo.
Otro analista peruano, Farid Kahhat, tildó de "especulación" que el presidente chileno esté tratando de ganar tiempo para dejarle el costo político de la implementación del fallo a su sucesora, Michelle Bachelet, y destacó que es una variante que no ha sido recogida por otros actores chilenos.
Piñera, quien expresó discrepancias con el fallo de la CIJ, cuestionó el punto desde el que se inicia la frontera terrestre, lo que generaría un pequeño triángulo en controversia. La Corte, en su veredicto, usó como punto de partida del límite el Hito 1, que marca la frontera marítima.
En una reunión con algunos corresponsales de prensa extranjera, Deustua y Kahhat coincidieron en que el fallo constituye en términos generales un triunfo para el Perú, pues ganó lo que su país estima que serán unos 50.000 kilómetros cuadrados de zona económica exclusiva de mar.
"Si se mide en términos de lo que el Perú pedía, por supuesto que no se alcanzaron todos los objetivos, pero estaba claro de antemano que eso no sucedería por los antecedentes de la Corte", dijo Kahhat.
Empero, ambos analistas coincidieron en señalar muchos vacíos en el veredicto y dijeron por ejemplo no entender las razones técnicas para que se fijara en 80 millas el espacio en que se dejó la línea paralela defendida por Chile.
Asimismo, reconocieron que en términos prácticos la gran masa de pesca sigue en manos chilenas, pues la anchoveta y peces similares navegan cerca a las costas, en un espacio que no se alteró, mientras que a los peruanos les quedarán tiburones, que no son muy abundantes, o potas, que tienen bajo valor comercial.
Respecto al hecho de que la CIJ no estableció las coordenadas precisas de los nuevos límites, sino que dejó esa tarea en manos de chilenos y peruanos, los expertos consideraron que ese es un detalle que puede resolverse técnicamente muy rápido con la tecnología actual, por lo que el ritmo dependerá de la voluntad de las partes.
Otro hecho que criticaron del fallo es que la Corte coniderara que había un "acuerdo tácito" sobre los límites marítimos, posición que no planteaba ninguna de las partes, pues Lima sostenía que no existía acuerdo de ningún tipo y Santiago afirmaba que todo estaba explícito y oficializado.
Para los expertos, la CIJ suele dar fallos que no dejan totalmente satisfechas a ninguna de las partes, entre otras cosas por las dificultades que habría para hacer aplicar el resultado por parte de un país que lo perdiera todo.
Deustua y Kahhat se dijeron convencidos de que Chile cumplirá con lo dispuesto y que los dos países podrán construir una buena relación a futuro, como ocurrió con Ecuador, país con el que hubo hostilidades históricas pero con el que se lleva una amistad ejemplar desde que se cerraran todos los puntos pendientes en un tratado en 1998.
"Parte de los peruanos ve a los chilenos como expansionistas que incumplen acuerdos. Parte de los chilenos ve a los peruanos como irredentos que no descansarán hasta tratar de recuperar los terrenos perdidos en al Guerra del Pacífico (1879-1883). Es una oportunidad para romper esos estereotipos", dijo Kahhat.
La CIJ dejó las primeras 80 millas como estaban previamente, pero para las siguientes 120 trazó una línea equidistante que le da al Perú, según los cálculos iniciales, unos 20.000 a 22.000 kilómetros cuadrados de zona económica exclusiva de mar que estaba en manos de Chile, además de unos 28.000 kilómetros que eran considerados alta mar pero que con la nueva línea quedaron en su lado.
Chile y el Perú, junto a otros países, tienen las 200 millas como resultado de una lucha externa que libraron desde la década de 1940 con argumentos geofísicos y ecológicos.
2014-01-28