El pueblo colombiano dio una evidente señal de su deseo por un cambio radical durante las elecciones de este domingo. Colombia arrastra desde hace varias décadas un descontento y rechazo contra el sistema político tradicional, y en los comicios sus ciudadanos se atrevieron a dar un duro golpe al "establishment", señaló el internacionalista Félix Arellano.
Luego de una jornada electoral llena de tensiones, los candidatos Gustavo Petro (con un 40,32% de los votos), y Rodolfo Hernández (con 28,15%), se enfrentarán en segunda vuelta el próximo 19 de junio. Ambos candidatos rompen la tradición política que estuvo dominada por más de 20 años por el uribismo.
"Se volvieron contra los políticos y partidos tradicionales", dijo Arellano en entrevista para el Diario 2001.
El triunfo de estos candidatos se adapta al panorama que se vive en el continente latinoamericano, en el cual existen "factores históricos estructurales, manipulación y noticias falsas. Además de un apoyo a la geopolítica autoritaria mundial", considera el experto.
Explicó que se trata de "una ecuación con varios componentes. Y ahora viene una etapa difícil durante la segunda vuelta, en la que Petro va con ventaja". El izquierdista cuenta con un respaldo popular considerable.
Mientras que Hernández “tiene un expediente y un discurso ambiguo e insuficiente que tratará de mejorar”, para encarar a su contendiente.
Arellano comparó la situación electoral de Colombia con lo sucedido durante las últimas presidenciales realizadas en Latinoamérica. “Es un cuadro como el que se vivió en Perú entre Castillo y Fujimori; o en Chile, Entre Boric y Kast. Un enfrentamiento de los extremos”.
Señaló que este mismo panorama “es el que está previsto para Brasil, entre Lula da Silva y Bolsonaro. Es una américa latina que se polariza en autoritarismos” reiteró.
Confrontación de candidatos populistas
Para Arellano, tanto Petro como Hernández representan modelos radicales y populistas. Por lo que ambos buscarán favorecerse de cada tropiezo, por pequeño que sea, cometido por el mandato del saliente presidente Iván Dúque, especialmente luego de dos años de una pandemia que golpeó fuertemente a Colombia.
"La pandemia del COVID-19 agravó bastante la situación en ese país, debido a que la economía informal, que normalmente es la forma en que subsisten las personas de sectores humildes, fue la más afectada", destacó.
Asimismo, sostuvo que "la letalidad de esa situación afectó mucho más a los sectores pobres. Las personas de ciertos estratos sociales no podían cumplir los protocolos de seguridad, porque no tenían los medicamentos apropiados en los centros de asistencia. Y todo eso lo identificaron con una mala administración gubernamental".
De igual manera, la corrupción también influyó en la irritación de los colombianos, "es un cáncer en las democracias, en el mundo entero. Particularmente en América Latina" manifestó el internacionalsita.
Finalmente, la "desconexión" de los partidos tradicionales con el pueblo llevó a que los colombianos perdieran confianza en el modelo político. A juicio de Arellano, "los líderes se convirtieron en seres lejanos para la población. Muchos se dedicaron a mover la opinión pública en las redes".
Como consecuencia, todas estas condiciones, "bajo una historia de exclusión, discriminación y marginalidad, además de un matiz étnico en el que hay grupos humanos que se sienten excluidos por su color de piel, su ubicación geográfica y su grupo étnico; son todos factores que aprovechan los populistas y los radicales" aseveró.
Un pueblo desesperado
El hecho de que casi un 70% de los votantes se hayan inclinado por candidatos radicales, considera Arellano, es una señal clara del descontento social. "No realizaron bien su tarea los partidos democráticos, por ello la población actuó desesperadamente y no vieron la experiencia de sus países vecinos".
Un país que "se siente rechazado, discriminado y vive en pobreza, no hace mayores análisis de política o de filosofía, quieren soluciones", explicó el analista.
Los colombianos "quieren que los tomen en cuenta, quieren protagonismo. Y eso es lo que ofrecen los discursos populistas y radicales para obtener el voto", agregó.
Un terreno difícil para el ganador
Quien finalmente resulte ganador de la contienda electoral deberá plantarse firme ante un congreso fragmentado, en el que ningún partido cuenta con una mayoría clara, pero todos tienen una fuerte presencia en distintas regiones.
Asimismo, confrontará una opinión publica "critica, partidos políticos en revisión, fuerzas armadas organizadas y expectantes; y un contexto internacional muy difícil, pues la guerra en Europa ya genera inflación a escala mundial", estimó el politólogo Félix Arellano.
Entonces, el terreno está preparado para un "un descontento venidero, que seguramente generará autoritarismo y represión, porque no hay manera de cambiar la situación tan rápida y fácilmente. Se requerirán negociaciones, coordinación y gobernabilidad", infirió.
Precisó que estos últimos elementos "son los que usualmente ofrecen los movimientos de centro. Pero en Colombia hubo un claro rechazo a las visiones de centro", inicialmente durante las primarias, contra el partido Centro Esperanza y luego en la primera vuelta, contra Federico "Fico" Gutiérrez, quien, según el experto, "desarrollo el discurso mas prudente, conciliador y negociador. Pero fue rechazado y la gente optó por los extremos más radicales".
Manifestó que con la elección de Colombia "perdemos todos". Sin embargo, reconoció que "no es fácil que el voto popular se mueva con una racionalidad de técnica política o económica. Hay miseria y hay rechazo histórico, en consecuencia las personas reaccionan emocionalmente", concluyó.
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