Miércoles 11 de Diciembre - 2024
VENEZUELA
Escoge tu edición de 2001online.com favorita
Venezuela
América

Planalto tiene nuevo inquilino, pero "interino"

Miércoles, 11 de mayo de 2016 a las 08:00 pm
Suscríbete a nuestros canales

Redacción Diario 2001 | Redacció[email protected]

Se consolidó la abultada derrota en la Cámara del Senado carioca para Dilma Rousseff.

55 votos frente a 22 sellaron la separación del cargo de la presidenta de Brasil por 180 días y casi le cierran la puerta para el retorno, pues en este lapso se desarrollará el juicio político que buscará su destitución definitiva y hasta un tiempito en la cárcel por “maquillar” las cifras del presupuesto nacional.

Tras recibir la notificación que la informaba de su separación del cargo, la presidenta se despidió de sus colaboradores en Planalto y salió después a saludar a sus seguidores concentrados en los alrededores.

Evitó usar la rampa utilizada habitualmente por los presidentes cuando dejan el poder y salió por un camino lateral tras insistir en que el “impeachment” carece de base jurídica y se trata de un “golpe” que ha puesto en juego “el futuro de Brasil”.

“Tengo el orgullo de ser la primera mujer electa presidenta de Brasil” y “lucharé con todos los instrumentos legales para ejercer mi mandado hasta el fin”, afirmó.

Rousseff, una economista de 68 años que militó en los grupos que combatieron la dictadura militar (1964-1985), por lo que fue detenida y torturada, denunció que sufrió “la mayor de las brutalidades que se puede cometer contra un ser humano: castigarlo por un crimen que no cometió”.

La mandataria recordó que no es la primera vez que ha sufrido una dura experiencia en su vida, tras las torturas recibidas en la cárcel y el cáncer que se le detectó en 2009.

“Conseguí vencerlos siempre, pero ahora sufro el dolor de la injusticia y lo que mas duele es la injusticia, el percibir que soy víctima de una farsa jurídica y política” cuando “creía que ya no sería necesario volver a luchar contra un golpe”, declaró con la voz entrecortada.

En su mensaje aseguró que “el mayor riesgo en este momento es que el país sea dirigido por los sin votos, aquellos que no fueron elegidos por la población y que no tienen legitimidad para enfrentar los desafíos” de Brasil, denunció en alusión a su ex vicepresidente, y desde ayer presidente interino del país, Michel Temer.

“Puedo haber cometido errores, pero nunca cometí un crimen”, dijo Rousseff ante a decenas de seguidores del PT concentrados frente al Palacio de gobierno.

“En esta hora trágica para Brasil”, continuó, “lo que más duele es la injusticia y la traición”, aunque “ustedes hacen que la tristeza disminuya”, concluyó Rousseff, escoltada, entre otros, por Luiz Inácio Lula da Silva, su padrino político, visiblemente abatido y en un discreto segundo plano.

Limpieza de imagen. “El impeachment es impensable, generaría una crisis institucional. No tiene base jurídica ni política”, aseguraba Temer en marzo de 2015.

Un año después, el Senado brasileño decidió suspender a la presidenta Rousseff para juzgarla por presunto maquillaje del presupuesto de gobierno, y Temer se apresta a reemplazarla.

Condenado hace poco por violar reglas de financiamiento electoral, Temer será ahora presidente interino de un país en recesión económica, con escándalos de corrupción que le salpican cerca, un Congreso fragmentado, epidemias de dengue y zika, y preparándose para recibir los Juegos Olímpicos de Río.

Temer además está de ser una figura popular: encuestas indican que apenas 2% de los brasileños votarían por él, mientras de tres de cada cinco quieren que vaya a un juicio político al igual que Rousseff.

Además, el mayor tribunal electoral de Brasil estudia denuncias que piden anular el mandato de Rousseff y Temer por presuntamente haber recibido en su campaña de 2014 dinero desviado de Petrobras.

2016-05-12