La justificación que esgrimen las farmacéuticas es que investigar, probar y obtener los permisos necesarios para comercializar medicinas conlleva un proceso muy costoso, muchas veces estimado en más de US$900 millones por cada medicina.
El precio alto busca recuperar esos costos antes de que la patente o los derechos exclusivos de mercadeo se venzan.
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Pero todas las farmacéuticas cuentan con accionistas y tienen el deber de cobrar lo que establezca el mercado.
El costo real de producción es relativamente bajo. Una vez la patente expira, la competencia entre las fabricantes de medicinas reduce el precio de la medicina en cuestión./BBC MUNDO
2013-09-01