Antes de su toma de protesta, el nuevo presidente iraní llamó el viernes a Israel una "vieja herida" que debería ser borrada, mientras decenas de miles de iraníes marcharon a favor de los reclamos palestinos sobre Jerusalén.
Los comentarios de Hasan Rouhani sobre Israel —el enemigo de su país— repitieron las opiniones que por mucho tiempo han tenido otros dirigentes iraníes.
"El régimen sionista ha sido una herida en el cuerpo del mundo islámico durante años y la herida debería ser borrada", dijo Rouhani según la agencia noticiosa semioficial ISNA.
El presidente electo dudó además la posibilidad de un acuerdo de paz palestino-israelí pese a que ambas partes reanudaron las negociaciones en Washington esta semana, tras cinco años de congelación.
"Los israelíes ofrecen al mundo un rostro comprometedor pero en la práctica continúa su expansión", dijo Rouhani, según otra agencia noticiosa semioficial, Fars.
El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu condenó los comentarios de Rouhani. El líder israelí pidió al mundo que presione más a Teherán para que cese su enriquecimiento de uranio gracias a sanciones más duras y amenazas de una respuesta militar.
Rouhani obtuvo una victoria aplastante en los comicios presidenciales del 14 de junio y el domingo reemplazará a Mahmud Ahmadinejad.
Rouhani prometió seguir un "sendero de moderación" y una mayor apertura en el programa nuclear iraní, que le tiene enfrentado con Occidente.
Netanyahu dijo que la declaración del viernes de Rouhani debería ser "una llamada de alerta para el mundo de la ilusión" de que el nuevo mandatario iraní se refiera a una nueva política de Teherán.
"El verdadero rostro de Rouhani ha sido expuesto antes de lo esperado", indicó Netanyahu. "Esto es lo que piensa el hombre y este es el plan de operaciones del régimen iraní. Un país que amenaza con destruir a Israel no debe tener armas de destrucción masiva".
Rouhani habló en la concentración anual en favor de los palestinos del "Día de Al-Quds" — el nombre de Jerusalén en lengua arábiga
El periodista de The Associated Press Ian Deitch contribuyó desde Jerusalén a este despacho. /AP