El príncipe Felipe presidió hoy por primera vez el desfile militar de la Fiesta Nacional de España, que estuvo marcado por la ausencia del rey Juan Carlos, convaleciente de una operación de cadera, y por la tensión independentista en la región de Cataluña.
El desfile por el centro de Madrid, en el que participaron 2.600 militares, arrancó con el himno nacional en una versión más corta que la reservada al rey. El príncipe, vestido de teniente coronel del Ejército de Tierra, pasó revista a las tropas y saludó a las máximas autoridades, entre ellas, el presidente del gobierno español Mariano Rajoy y sus ministros.
El príncipe Felipe y su esposa, la princesa Letizia, fueron los únicos miembros de la casa real española que presenciaron el desfile militar. Para la reina Sofía y la infanta Elena, la hija mayor de los reyes, se reservó la recepción a las autoridades que cada 12 de octubre tiene lugar en el palacio real de Madrid.
En este acto, posterior al desfile, el príncipe Felipe transmitió a los presentes un "saludo afectuoso" de parte del rey. En las palabras previas al brindis "por el rey y por España", recordó: "Hoy es un día para celebrar lo que nos une, para recordar nuestra historia milenaria y valorar lo mucho que hemos conseguido juntos".
El heredero de la corona española habló también de "futuro compartido de concordia y de progreso para todos los españoles". "Lo que hoy nos une es mucho más", destacó. Y aseguró que "España continuará trabajando para garantizar ese progreso y ese porvenir para luchar contra cualquier adversidad".
Como en 2012, el desfile de la Fiesta Nacional no contó con carros de combate ni vehículos blindados. La exhibición aérea se limitó al vuelo de los siete aviones que integran la patrulla acrobática Águila y que tiñeron el cielo de Madrid con los colores de la bandera española, rojo y amarillo. La austeridad que atraviesa el país afectó a los actos, que contaron con un 15 por ciento menos de presupuesto.
El ministro de Defensa español, Pedro Morenés, afirmó en una entrevista en televisión que “la inmensa mayoría” de los españoles siente la Fiesta Nacional “como algo suyo”.
Sin embargo, en Cataluña, región situada en el noroeste de España, la jornada estuvo marcada por el debate independentista. Como respuesta a la cadena humana formada el pasado 11 de septiembre por miles de personas a favor de la autodeterminación, el Partido Popular de Mariano Rajoy auspició una campaña por la unidad de España.
Miles de personas se concentraron hoy contra la independencia en el centro de Barcelona, capital de la región, junto a una gran bandera con los colores de España y Cataluña y bajo el lema “Som Catalunya, somos España”.
La organización recordó que la concentración debía ser cívica y democrática, aunque tuvieron que pedir a algunos asistentes que abandonaran la marcha al portar banderas preconstitucionales de la dictadura franquista (1939-1975), informó hoy el diario español “El País”.
También en Barcelona varios centenares de personas participaron en una manifestación ultraderechista convocada por el movimiento “España en lucha”.
Está previsto que a lo largo de toda la jornada tenga lugar una decena de concentraciones de diverso signo en Cataluña./DPA