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Ambientalistas de la Fundación MarViva propusieron hoy en Panamá unir esfuerzos para la protección de los tiburones, que son pescados para satisfacer a consumidores de la sopa de aleta o platos de carne marinada, como el cebiche.
El biólogo marino Juan Posada, investigador científico de MarViva, señaló que pescadores artesanales entrevistados confirman la drástica disminución de tiburones de tallas grandes en aguas del Pacífico, a causa de la presión ejercida por las flotas.
“Lamentablemente, no hay una buena estadística pesquera oficial, que nos permita darle seguimiento a lo largo de un período importante de tiempo”, subrayó Posada en su llamado a una pesca responsable y al consumo de otras especies de pescado.
Un estudio realizado en 2012 reveló que el 96 por ciento de las capturas pesqueras en Panamá del tiburón martillo (Sphyrna lewini), el más cotizado por los pescadores centroamericanos, son neonatos o juveniles, lo que equivale a una señal de alarma debido a que los tiburones figuran en el tope de la cadena alimenticia en los mares.
Informes oficiales indican que del 2000 al 2010 fueron extraídas del Pacífico panameño más de 4.000 toneladas de tiburón por año, pero las capturas bajaron en un 60 por ciento tras la sobrepesca.
La bióloga Shirley Binder, de MarViva, dijo que en el mundo las poblaciones de tiburones están en peligro, debido a la pesca dirigida y a la pesca incidental. “La mayoría de tiburones son neonatos y juveniles, menores a la talla de reproducción”, acotó.
De hecho, la denominada Cumbre de los Océanos, celebrada en febrero de 2014 en California, Estados Unidos, concluyó con un pedido de los presidentes Juan Manuel Santos, de Colombia, y Aníbal Cavaco Silva, de Portugal, para la protección de los tiburones.
Binder subrayó que autoridades, científicos, ambientalistas y pescadores organizados empezaron a dar pasos en procura de una ley en contra de la pesca dirigida y el establecimiento de un porcentaje mínimo de captura de tiburones en la pesca incidental.
En 2013, MarViva planteó la necesidad de concretar en este país el cierre de la pesca dirigida y de la comercialización del tiburón, para convertir a las áreas de crianza en zonas protegidas y promover un consumo responsable de productos provenientes del mar.