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Protestas sacuden las dos mayores ciudades de Brasil a 35 días para el Mundial

Miércoles, 07 de mayo de 2014 a las 07:30 pm
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EFE

Las dos mayores ciudades de Brasil y sedes del Mundial de fútbol que comienza en 35 días vivieron un día de caos por las protestas de los Sin Tierra y de los Sin Techo en Sao Paulo y una huelga de conductores de autobuses en Río de Janeiro.

Otros manifestantes que exigían mejorías en el transporte bloquearon una importante vía en Belo Horizonte, tercera mayor ciudad brasileña, en tanto que en Florianópolis y Belén, capitales regionales, hubo paralizaciones parciales de autobuses y, en Fortaleza, los barrenderos públicos en huelga cerraron calles del centro de la ciudad.

Las protestas de este jueves son un preludio de lo que le puede esperar al país durante el Mundial, ya que las organizaciones sociales vienen convocando desde comienzo del año a manifestaciones entre el 12 de junio y el 13 de julio contra las millonarias inversiones del Gobierno en el evento de la FIFA.

Diferentes sindicatos, entre los cuales el de la Policía Federal y los de empresas productoras de alimentos, también han amenazado con paralizar sus actividades durante ese mismo período, cuando unos 600.000 extranjeros estarán en el país para asistir al Mundial.

Diversos movimientos sociales planean repetir durante el Mundial lo ocurrido el año pasado, cuando cientos de miles de brasileños protestaron durante las dos semanas que duró la Copa Confederaciones de la FIFA por el elevado gasto público del evento y demandaron más inversiones en educación, salud y transporte.

El pistoletazo para las protestas contra el Mundial en Sao Paulo lo dieron hoy unos 1.500 activistas del Movimiento de los Sin Tierra (MST) y del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), que realizaron cuatro diferentes marchas en forma simultánea y ocuparon por algunos minutos las sedes de tres grandes constructoras.

El coordinador nacional del MTST, Guilherme Boulos, aseguró que las protestas fueron organizadas para servir como apertura de la campaña "Mundial sin el pueblo. Estoy (protestando) en la calle de nuevo".

"Realizaremos movilizaciones semanales para denunciar los abusos y las medidas impopulares hechas con la disculpa del Mundial", afirmó.

El blanco de los manifestantes, que exigen inversiones en vivienda de la misma dimensión que las destinadas al Mundial, fueron empresas consideradas como símbolos de esos gastos, entre las cuales la gigantesca Odebrecht, responsable por la construcción del Arena Corinthians, el estadio de Sao Paulo para el campeonato.

Los activistas también ocuparon sedes de las constructoras AOS Emprendimentos y Andrade Gutierrez, que se adjudicaron diferentes contratos de obras de infraestructura para el Mundial.

Las manifestaciones ocurrieron horas antes de que la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, visitase el Arena Corinthians, sede del partido inaugural del Mundial entre Brasil y Croacia el próximo 12 de junio.

El ritmo de las manifestaciones cesó precisamente cuando Rousseff aceptó reunirse con representantes de los dos movimientos sociales, con quienes conversó sobre sus políticas para financiar viviendas populares.

El caos en Río de Janeiro, en cambio, fue provocado por una huelga de 24 horas sin anuncio previo declarada por parte de los conductores de los autobuses de transporte público por mejoras salariales, y que dejó a miles de personas sin condiciones de desplazarse a sus puestos de trabajo.

Así como los conductores, varios sindicatos quieren aprovechar la proximidad del Mundial para presionar en las negociaciones con las patronales.

Sólo algunos conductores aceptaron mantener sus actividades y los huelguistas, que hicieron piquetes frente a los garajes, atacaron a pedradas a los vehículos que circularon y provocaron daños en al menos 345 autobuses.

Los pocos autobuses en servicio fueron disputados por cientos de pasajeros y el metro y los trenes municipales tuvieron que adoptar medidas extraordinarias para satisfacer el aumento de la demanda.

Las protestas de hoy coincidieron con el lanzamiento de una campaña mundial con la que la organización Amnistía Internacional busca garantizar el derecho a la libre expresión y a las manifestaciones pacíficas durante el Mundial.

Amnistía dijo que recogerá firmas en unos veinte países de apoyo a un documento que será entregado al Gobierno brasileño para pedir que las manifestaciones durante el Mundial no sean reprimidas violentamente por la policía.