Agencia DPA
Reino Unido y Estados Unidos recordaron en varias ceremonias a las víctimas y a sus familiares del atentado terrorista de Lockerbie, en el que murieron 270 personas y del que se cumplen 25 años.
En la localidad escocesa, en la abadía de Westminster en Londres, en el Cementerio Nacional de Arlington en las afueras de Washington y en la Universidad de Syracusa, en el estado de Nueva York, funcionarios se unieron a los familiares en las ceremonias.
El primer ministro británico, David Cameron, señaló que la catástrofe fue una de las mayores de la historia de la aviación y fue el atentado terrorista con más víctimas mortales en la historia de Reino Unido.
"Aunque han pasado 25 años, no se ha apagado el recuerdo de los 243 pasajeros, 16 miembros de la tripulación y once habitantes de Lockerbie que perdieron la vida esa terrible tarde", señaló Cameron.
El vuelo 103 de la aerolínea Pan Am volaba de Londres a Nueva York el 21 de diciembre de 1988 cuando explotó en el aire y cayó sobre la localidad escocesa, matando a todos los que se encontraban a bordo -entre ellos 35 estudiantes de la Universidad de Syracuse- y a otras 11 personas en Lockerbie.
"A las familias, amigos, vecinos, seres queridos y a todos inmersos en el doloroso proceso de recuperación, permítannos decirles: nuestra admiración por ustedes es incondicional; por la fortaleza y resistencia que han mostrado; por su determinación de no abandonar nunca. Han mostrado que los actos terroristas no pueden destrozar el espíritu humano. Y ese es el motivo de que el terrorismo nunca impera", dijo Cameron antes de los actos de aniversario.
Reino Unido recordó el aniversario de la tragedia con actos en Londres y en la ciudad escocesa sobre la que cayó el avión. A Lockerbie acudieron personalidades políticas, funcionarios del gobierno, familiares de las víctimas y miembros de la comunidad local.
"Es importante que recordemos que el dolor y sufrimiento de las familias y amigos de quienes murieron continúa desde esa noche de invierno de 1988″, dijo el primer ministro escocés, Alex Salmond.
El representante del gobierno estadounidense, Craig Lynes, alabó ante los congregados la capacidad de los familiares de las víctimas para seguir adelante tras el suceso.
También se celebró una misa en la abadía de Westminster en Londres. Además, los actos por el aniversario se extendieron a Estados Unidos, de donde procedían la mayor parte de las víctimas.
Jim Swire, cuya hija Flora murió a los 23 años en el ataque y quien encabezó la demanda por parte de los familiares para que se lleve a cabo una investigación completa del incidente, hizo un llamado a favor de la reconciliación con la familia de Abdel Basat al-Megrahi, el libio que fue condenado por el atentado.
"Durante Navidad, si oran, por favor oren por su inocente familia, pero también por todos aquellos que luchan contra el odio, para que sean sanados por el amor de dios", dijo en una reunión en la abadía.
"Por favor, recen también por que nosotros, quienes estaremos sentados a la mesa en Navidad con sillas vacías para siempre, hallemos la paz", añadió.
El reverendo John Mosey, quien perdió a su hija Helga en el atentado, insistió en que se debe romper el "círculo vicioso de odio y agresión".
Se realizó un minuto de silencio en la abadía, en el momento en que la bomba explotó el 21 de diciembre de 1988.
En las afueras de Washington, familiares se reunieron con investigadores del FBI en Lockerbie Cairn, un monumento de 270 bloques de arenisca de Escocia construido en el Cementerio de Arlington.
"Si bien pasó un cuarto de siglo desde que el mundo fue sacudido y tantas vidas fueron devastadas por un acto de terrorismo cruel y cobarte, no hay distancia ni tiempo que puedan aliviar el dolor o eliminar la pérdida que fue causada ese día", dijo el fiscal general estadounidense, Eric Holder.
Un cuarto de siglo después, las incógnitas continúan: el ex agente libio Al Megrahi fue condenado por el atentado en 2011 y enviado a una prisión escocesa a cumplir cadena perpetua, pero el gobierno escocés lo dejó después en libertad por motivos humanitarios y en 2009 lo envió de regreso a Libia, donde murió en 2012 tras una larga batalla contra el cáncer.
Al Megrahi siempre negó haber participado en el atentado y su familia sigue haciéndolo. Oliver Miles, ex embajador británico en Libia, cree que podrán pasar años hasta que salga a la luz toda la verdad.
Sábado 21/12/2013