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Retórica antiinmigrante en EEUU puede volver demócratas a estados fronterizos

Martes, 01 de noviembre de 2016 a las 08:00 pm
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EFE

La retórica antiinmigrante del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, le puede costar una sonora derrota en estados tradicionalmente conservadores como Arizona y Texas, por lo que los cuatro estados fronterizos con México podrían votar demócrata en bloque por primera vez desde 1948.

Los últimos resultados según Real Clear Politics, un portal de internet que provee detalladamente el promedio de las distintas encuestas en las elecciones, muestra que en Arizona Clinton cuenta con el 43.2% del voto, mientras que Trump tiene el 42.7%.

Si Clinton resultara ganadora en este estado, esta sería la segunda vez en los últimos 64 años que Arizona se tiñe de azul y precisamente, la primera fue en 1996, cuando Bill Clinton ganó el estado.

"Las encuestas nos están mostrando que hay un apoyo a Clinton en Arizona, que puede ser por el creciente número de votantes latinos, pero también por el número de votantes independientes que parecen favorecer al Partido Demócrata", dijo hoy a Efe Richard Herrera, analista político y profesor de ciencias políticas en la Universidad Estatal de Arizona (ASU).

Por otro lado, en Texas, las últimas cifras de Real Clear Politics muestran que Trump lidera con el 45 %, sobre un 40 % de Clinton.

La última vez que el partido demócrata ganó el estado fue en 1976 con Jimmy Carter. Bill Clinton también tuvo un impacto aquí, ya que ha sido el único candidato que ha logrado mantener el margen entre ambos partidos bajo 10 puntos en ese periodo de 4 décadas.

Analistas políticos indicaron que al igual que en Arizona el voto latino ha influenciado este acercamiento inusual, además de la oposición que se ha vivido dentro del partido republicano y que ha causado serios daños a la campaña de Trump.

Mark Jones, un analista político de la Universidad Rice en Houston, Texas, declaró que las acciones de Trump y la inestabilidad dentro del Partido Republicano han desanimado a mucha gente de la base de votantes republicanos y ha debilitado al partido en general.

"Se espera que el voto republicano sea más bajo de lo usual a nivel nacional", afirmó Jones, quien explicó que la base de votantes republicanos no se sienten motivados para salir a votar al no haber un candidato al que apoyan.

Por otro lado, la campaña de Trump ha logrado movilizar a otras personas que antes no participaban en el proceso electoral, por lo que habrá que esperar los resultados para ver hasta qué punto se compensaron una cosa con la otra.

Jones recalcó que estas reñidas contiendas en los estados fronterizos tienen implicaciones más allá de este ciclo presidencial, pues podrían influir en las elecciones locales dando más victorias a los demócratas y podrían empezar a cambiar el ambiente político que se vive actualmente, marcado por una agenda sumamente conservadora que no suele favorecer a la comunidad inmigrante.

Además, aseguró que en estas elecciones está en juego el futuro de los dos partidos, pero en especial el del partido demócrata.

Según Jones, el Partido Demócrata es el que está en mayor riesgo de sufrir graves heridas si Clinton pierde por un margen de 9 o 10 puntos.

Al contrario, agregó, si pierde Trump el Partido Republicano simplemente podría echarle la culpa a él e intentar mejorar su estrategia para las siguientes elecciones.

"Si Trump gana eso significa que tuviste (Clinton) al contrincante ideal al cual enfrentarte, alguien que enemista a los latinos, que enemista a las mujeres, a los republicanos estudiados. Tenías al mejor candidato que pudiste haber pedido y aun así perdiste por 9 o 10 puntos", detalló el analista.

"Eso sería un verdadero balde de agua fría para los demócratas en las futuras elecciones del Congreso y presidenciales porque es muy improbable que el Partido Republicano le vuelva a dar a los demócratas otro regalo como este contrincante ideal", aseveró.

Las elecciones del 2016 han comprobado que lo inimaginable puede pasar, por eso aunque la historia y la tradición apuntan a que Texas y Arizona serán rojos una vez más, bien podrían estos estados fronterizos junto a California y Nuevo México, volver a hacer historia y pintarse de azul, en gran parte gracias a la comunidad latina.