La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, estableció nuevas normas que reducen la burocracia y permiten atender de forma más rápida a las regiones afectadas por desastres naturales, como las lluvias que afectan al sureste del país.
Las nuevas normas agilizan la liberación de recursos financieros y fueron publicadas hoy en el Diario Oficial, tras una semana de intensas lluvias en los estados de Espíritu Santo y Minas Gerais que han dejado al menos 39 muertos y cerca de 50.000 desalojados.
En las últimas horas, las lluvias han perdido intensidad, pero en esos dos estados aún existen zonas completamente inundadas en las que los equipos de rescate trabajan tanto en el desalojo de personas de casas en peligro como en la búsqueda de posibles víctimas.
En Minas Gerais, el número de muertos llega a 18, mientras que en el estado de Espíritu Santo los fallecidos ascendían hoy a 21.
Rousseff visitó el pasado martes algunas de las zonas afectadas por las lluvias en Espíritu Santo y sobrevoló en helicóptero varias ciudades inundadas.
Ese mismo día anunció una amplia movilización de su Gobierno, con acciones de diferentes ministerios y el envío de ayuda para atender a los damnificados.
La mandataria aseguró que la prioridad del Gobierno es rescatar a las cientos de familias que quedaron aisladas en ciudades inundadas debido a la crecida de diversos ríos, así como ofrecer asistencia a quienes perdieron sus viviendas.
Asimismo, ordenó el envío a la región de soldados del Ejército y de agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad que, apoyados por helicópteros y camiones, han ayudado a los equipos de socorro en las tareas de ubicación y rescate de personas aisladas.
El Gobierno también ha enviado mantas y material de higiene personal, medicinas, productos químicos para la purificación del agua y varias toneladas de alimentos, que se han sumado a la ayuda humanitaria recibida a través de donaciones de los ciudadanos. EFE