EFE
Rusia hizo oídos sordos a las críticas de la alianza antiterrorista encabezada por EEUU, Turquía y Arabia Saudí, e intensificó sus ataques contra las posiciones del Estado Islámico (EI)
"Los aviones Su-34, Su-24M y Su-25 efectuaron 14 vuelos durante los que realizaron seis ataques contra objetivos del Estado Islámico", dijo el portavoz del ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashenkov, en su parte vespertino.
Los aviones rusos destruyeron este viernes un puesto de control y una fábrica de explosivos en la provincia de Idlib, y durante la noche un centro de mando y un campo de entrenamiento yihadista en la de Al Raqqa, donde se encuentra, de facto, la capital del califato proclamado por el EI.
En apenas tres días la aviación rusa ha bombardeado ya los bastiones del EI o del Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, en cinco provincias: Homs, Hama, Alepo, Idlib y Al Raqqa.
El objetivo estratégico ruso es crear un cinturón de seguridad entre las posiciones del Ejército sirio en Damasco, Alepo y Latakia y las milicias yihadistas, a los que los bombardeos deben obligar a replegarse al interior y a renunciar a sus planes de expansión hacia la costa mediterránea.
Según los partes militares del ministerio de Defensa ruso, los bombarderos y cazas han destruido centros de mando, campos de entrenamiento, arsenales con armamento y vehículos militares, almacenes de combustible, fábricas de munición y varios búnker.
Siria defiende la legitimidad y la efectividad de la intervención rusa solicitada por el propio Asad con el argumento de que los aviones rusos han hecho más en tres días que la coalición antiterrorista en más de un año de lucha contra los yihadistas.
"En cuestión de días o semanas la aviación rusa obligará a los yihadistas a replegarse. Tendrán que esconderse en túneles y búnkers. Será el punto de inflexión en la guerra en Siria", dijo hoy a Efe Leonid Ivashov, antiguo general soviético y jefe de la Academia de Asuntos Geopolíticos de Rusia.
2015-10-02