La Duma o cámara de diputados de Rusia prohibió hoy por ley la adopción de niños rusos por parte de homosexuales extranjeros y de solteros procedentes de países donde son legales las uniones entre personas del mismo sexo.
La ley, que fue aprobada en tercera lectura, recibió el respaldo abrumador de la cámara baja del Parlamento ruso, donde 444 de 450 diputados apoyaron el documento, según informan las agencias locales.
La pasada semana Rusia advirtió de que, antes de firmar nuevos acuerdos bilaterales de adopción con ciertos países, tendría en cuenta si estos han aprobado por ley el matrimonio homosexual.
España, el tercer país que adopta más niños rusos tras Italia y Estados Unidos, y donde están permitidas las uniones homosexuales, lleva desde el pasado año negociando la firma de un acuerdo bilateral.
A su vez, el Gobierno ruso se propone retirar la licencia a las agencias de adopción internacional que formalicen la acogida de un menor ruso por parte de una familia homosexual o de personas con una "orientación sexual no tradicional".
Con ocasión de la reciente cumbre Rusia-Unión Europea, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, impulsor de la iniciativa legal, ya adelantó que promulgaría dicha prohibición si la Duma le presentaba la correspondiente iniciativa de ley.
"Si el Parlamento ratifica esa ley, la firmaré. Me tienen harto con esas parejas homosexuales. Hay que mostrar menos agresividad y no inflar el problema. Así será mejor para todos", dijo.
Además, la nueva ley simplifica el procedimiento de adopciones al rebajar de 30 a 10 días el plazo de entrada en vigor de la decisión judicial y reducirá el número de enfermedades que impiden a una pareja adoptar a un niño.
También incrementa de 13.000 (400 dólares) a 100.000 rublos (unos 3.120 dólares) el subsidio por cada niño que el Estado concederá a las familias que acojan huérfanos inválidos o mayores de siete años.
Rusia aprobó la pasada semana una controvertida ley que prohíbe la propaganda homosexual entre los menores de edad, que este colectivo considera que es una excusa para impedir la celebración de las marchas de orgullo gay. EFE