Las autoridades de salud de Rusia acortaron de 14 a 7 días el período de aislamiento requerido para quienes estén en contacto con enfermos de COVID-19, una medida que llega en momentos en que una oleada sin precedentes de infecciones por coronavirus, impulsada por la altamente contagiosa variante ómicron, se extiende por el país. No obstante, no ha habido un aumento significativo en las hospitalizaciones.
Al anunciar la medida el martes, el primer ministro Mikhail Mishustin precisó que la modificación sólo beneficia a quienes tuvieron contacto cercano con alguien infectado con COVID-19, no para quienes ya tienen una infección confirmada. Las personas que den positivo deberán seguir en cuarentena durante 14 días, con una prueba obligatoria el día 10 u 11.
Las nuevas infecciones diarias en Rusia aumentaron considerablemente, más de cuatro veces, durante las últimas dos semanas. Desde aproximadamente 15.000 el 10 de enero a 67.809 el martes, el recuento diario más alto en la pandemia.
Sin embargo, según el ministro de Salud, Mikhail Murashko, no se ha visto un aumento significativo en las hospitalizaciones. Los ingresos hospitalarios crecieron apenas un 6,4%. Un total de 116.000 pacientes con COVID-19 estaban en hospitales rusos el martes, con unas 50.000 camas de hospital desocupadas en todo el país.
Según Anna Popova, directora del organismo de control de la salud pública de Rusia, Rospotrebnadzor, el 52% de todas las infecciones nuevas se registran en Moscú, la región periférica de la capital y San Petersburgo, la segunda ciudad más grande de Rusia.
AP
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