2001.com.ve | EFE
Rusia y EEUU acordaron hoy normalizar las relaciones entre los dos países, pero no lograron rebajar la tensión en ninguna de las crisis abiertas, como Venezuela e Irán.
"Como somos las dos mayores potencias nucleares, la tensión entre Rusia y EEUU repercute negativamente en la situación en el mundo", dijo el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, en rueda de prensa tras reunirse con su homólogo estadounidense, Mike Pompeo.
Por eso, agregó en el balneario ruso de Sochi (mar Negro), "Pompeo y yo hemos coincidido en que hay que intentar dar pasos prácticos para corregir esta situación".
Todo fueron buenas intenciones al inicio de la reunión. Pompeo recordó también que el presidente de EEUU, Donald Trump, está decidido a "mejorar" las relaciones con Rusia, ya que es algo que redundará "en beneficio" de ambos pueblos.
Lavrov incluso adelantó que si EEUU presenta una propuesta formal, el presidente ruso, Vladímir Putin, aceptará reunirse en la cumbre del G20 en Osaka con su homólogo estadounidense, que canceló abruptamente el encuentro previsto a finales del pasado año en Buenos Aires por el incidente naval en el mar Negro entre Rusia y Ucrania.
El propio Putin dijo posteriormente al recibir también a Pompeo que el Kremlin está dispuesto a restablecer "plenamente" las relaciones con la Casa Blanca.
"Tengo la impresión de que el presidente (Donald Trump) pretende reconstruir las relaciones entre Estados Unidos y Rusia y los contactos para resolver los temas de interés mutuo", indicó en la residencia presidencial.
Pero las cosas ya no parecieron tan de color de rosa después de tres horas de intensas consultas entre Lavrov y Pompeo en las que repasaron los principales conflictos mundiales.
"Estados Unidos y más de 50 países consideran que ha llegado la hora de que (el presidente de Venezuela, Nicolás) Maduro deje el poder", dijo Pompeo, que no perdió la sonrisa en ningún momento en su primera visita a este país.
El jefe de la diplomacia estadounidense, cuyo país respalda al líder opositor Juan Guaidó, que ha sido reconocido como presidente del país por más de una cincuentena de naciones, cree que Maduro debe renunciar para que "termine el sufrimiento del pueblo venezolano".
"Esperamos que el apoyo ruso a Maduro se termine", enfatizó.
Lavrov le replicó de manera no menos tajante: "No se puede instaurar una democracia por la fuerza".
Con respecto al agravamiento de la crisis nuclear iraní, Pompeo aseguró que EEUU seguirá ejerciendo "presión" sobre la República Islámica para que "vuelva al redil de los países responsables".
No obstante, negó que Washington desee "una guerra con Irán", aunque aseguró que tomará medidas si sus intereses se ven amenazados, entre otras cosas por el apoyo iraní a la guerrilla chií Hizbulá.
La aclaración no estaba de más, ya que informaciones publicadas en EEUU aludieron a una supuesta propuesta del Pentágono de enviar 120.000 tropas a Oriente Medio para hacer frente a una posible amenaza iraní, algo que Trump negó justo cuando Pompeo estaba dando la conferencia de prensa con Lavrov.
El jefe de la diplomacia rusa, expresó su confianza en que "la razón impere" y esos supuestos planes militares de EEUU sean sólo un rumor, tal y como le había asegurado su homólogo.
Una de las pocas buenas noticias de la reunión entre ambos fue la decisión de crear grupos de trabajo para negociar una prórroga para el Nuevo START o START III, tratado de desarme que expira en 2021 y limita el armamento estratégico.
No obstante, Pompeo matizó que EEUU "quiere que China participe en las negociaciones", algo que el propio ministro de Exteriores chino, Wang Yi, descartó el lunes en Sochi antes de reunirse con Putin.
Rusia ya ha manifestado que quiere prolongar por otros cinco años el START, algo vital tras la renuncia por parte de ambos países al tratado INF de reducción de misiles de mediano y corto alcance.
Otra conocida manzana de la discordia en las relaciones bilaterales, Ucrania, llevó a Pompeo a pedir a Rusia que "tienda una mano" al presidente electo, Vladímir Zelenski.
El objetivo, dijo debe ser solucionar la crisis entre ambos países, lo que incluiría la liberación de los marineros ucranianos atrapados por guardacostas rusos en noviembre pasado en el mar Negro.
Como había prometido, Pompeo también sacó a la luz el asunto de "la injerencia en una campaña electoral de EEUU", que tachó de "inadmisible".
"Si esto sucede también en 2020, con toda seguridad nuestras relaciones mutuas empeorarán. Hacemos un llamamiento para que no lo hagan, simplemente no lo admitiremos", advirtió Pompeo.
Lavrov pasó al contraataque y entregó a su homólogo un documento no oficial sobre la supuesta injerencia de EEUU en los asuntos internos de Rusia.
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