El sacerdote argentino José Gabriel Brochero, conocido como el "cura gaucho", fue oficialmente beatificado el sábado en una ceremonia que presidió el enviado del Vaticano, el cardenal Angelo Amato, en la localidad cordobesa que lleva su nombre.
Ante una multitudinaria presencia de fieles, que se estimó en al menos 200.000 personas, el cardenal Amato dio lectura al instrumento papal que concedió la investidura de beato al cura Brochero.
El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez, quien encabeza la comitiva del gobierno nacional, afirmó que "la lucha del cura gaucho por la igualdad, por una sociedad más justa, es la lucha que nosotros compartimos".
Añadió que "estamos en un nuevo tiempo donde en América Latina el humanismo social prevaleció sobre el liberalismo mercantilista deshumanizado y la economía vuelve a estar al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la economía".
La beatificación de Bochero comenzó a ser analizada a partir del reconocimiento del carácter milagroso en la curación de un niño cordobés que sufrió varios paros cardiorrespiratorios tras un grave accidente. Su sanación fue atribuida a la intercesión del sacerdote que murió en 1914.
La iglesia de Córdoba sigue ahora con atención la evolución de otro niño de dos años que fue dado por muerto tras permanecer sumergido varios minutos en una fuente de natación que su padre cuidaba en la localidad de Mina Clavero, también en la provincia de Córdoba, a 827 kilómetros de Buenos Aires.
Brochero también es reconocido por promover una casa de retiros por la que pasaron más de 70.000 fieles que realizaron ejercicios espirituales ignacianos.
Fue el papa Benedicto XVI quien inició el proceso de beatificación del sacerdote argentino firmado finalmente en diciembre del año pasado./AP