El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Jacob Lew, instó hoy al Congreso a que apruebe un incremento de la deuda nacional y calificó de "peligroso e irresponsable" que el Gobierno quede sin la capacidad de obtener préstamos.
Lew participó hoy en los programas de televisión "Meet the Press", de la cadena NBC; "Face the Nation", de la cadena CBS; "This Week", de la cadena ABC; "News Sunday", de la cadena Fox, y "State of the Union", de la cadena CNN, cuando restan once días para la fecha en la cual, según el Tesoro, EE.UU. llegará al límite de endeudamiento autorizado.
En Estados Unidos, el Congreso debe autorizar el monto del empréstito nacional, que actualmente está en poco más de 16,7 billones de dólares.
Pero la facción Tea Party dentro de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, que ya causó una parálisis parcial del Gobierno Federal al negar fondos para su operación después del 1 de octubre, se opone a un incremento de la deuda autorizada.
Los legisladores de ese grupo condicionan la aprobación de fondos para el Gobierno Federal y un aumento de la deuda a que se prive de fondos la reforma sanitaria aprobada por el Congreso y promulgada por el presidente Barack Obama en 2010.
La intransigencia del Tea Party empezó a resquebrajarse ayer después de cinco días de paralización del Gobierno.
El representante republicano de Colorado Doug Lamborn reconoció que su grupo "ha tratado muchas cosas y ha usado casi todas las flechas en el carcaj contra Obamacare", que es como los conservadores llaman la reforma sanitaria.
"No hemos tenido éxito y creo que tenemos que pasar a los asuntos más importantes del límite de la deuda y el presupuesto general", agregó.
Lamborn dijo que él apoyaría un incremento del límite de la deuda si el acuerdo incluyera un monto igual de recortes de gastos y reformas en el código impositivo.
En realidad, el Gobierno sobrepasó el límite autorizado de deuda hace meses pero el Departamento del Tesoro ha usado mecanismos contables para transferir fondos y demorar pagos en maniobras que, según Lew, se agotan este mes.
"El Gobierno de Estados Unidos jamás ha perdido su capacidad de endeudamiento", afirmó Lew.
Al 17 de octubre, el Gobierno todavía tendrá unos 30.000 millones de dólares en efectivo, pero Lew dijo que "esa no es una cantidad de dinero como para manejar de forma responsable el Gobierno".
El Congreso ha autorizado decenas de veces un incremento del endeudamiento en las últimas décadas, pero en esta ocasión las finanzas nacionales se han convertido en parte de una confrontación política.
En 2011, la mayoría republicana en la Cámara de Representantes se opuso a un incremento en la deuda autorizada hasta que negoció con el Gobierno de Obama un pacto que instituyó cortes en todos los gastos de la Administración, que entraron en vigencia el 1 de marzo pasado.
La controversia de julio de 2011, resuelta en el último minuto, hizo que, por primera vez en la historia, las agencias calificadoras de crédito degradaran la fiabilidad del empréstito de Estados Unidos.
Este año una minoría dentro de la mayoría republicana de la Cámara baja, unos 49 representantes y 5 senadores que se identifican con el movimiento ciudadano Tea Party, han usado el debate del presupuesto fiscal y el límite de la deuda para atacar la reforma sanitaria.
El Departamento del Tesoro ha advertido que una suspensión de pagos tendrá "efectos catastróficos" y podría derivar en una crisis económica "igual o peor" que la desatada en 2008.
El incumplimiento del pago de la deuda "no tendría precedentes" y podría tener consecuencias tales como la congelación del flujo de crédito, la caída en picado del valor del dólar y el alza apurada de las tasas de interés.
China y Japón son los dos mayores acreedores extranjeros de Estados Unidos, seguidos por "centros bancarios del Caribe", los exportadores de petróleo, Brasil, Suiza, Bélgica, el Reino Unido, Luxemburgo y Rusia. EFE