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Senadora acusa a la CIA de interferencia

Lunes, 10 de marzo de 2014 a las 07:30 pm
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AP

En una extraordinaria acusación pública, la presidenta de la Comisión de Inteligencia del Senado declaró el martes que la CIA interfirió en una investigación del Congreso y luego trató de intimidar a los que investigaban el posible uso de la tortura durante el gobierno del presidente George W. Bush.

La CIA eliminó clandestinamente documentos e hizo búsquedas en una red informática creada para los legisladores, dijo la senadora Dianne Feinstein en un discurso largo y mordaz en el pleno del Senado. En una disputa cada vez más enconada con una agencia a la que ha apoyado desde hace mucho tiempo, Feinstein dijo que la CIA puede haber violado leyes penales y la Constitución federal.

Con posturas encontradas en temas clave, las dos partes señalaron que el asunto ha sido entregado al Departamento de Justicia para más investigaciones y posibles encausamientos. El inspector general de la CIA, David Buckley, refirió el asunto inicialmente al Departamento de Justicia y el asesor jurídico de la agencia respondió con la presentación de un informe penal sobre el personal de la Comisión de Inteligencia.

"No lo tomo a la ligera", dijo Feinstein sobre las investigaciones recíprocas. "Pero considero que el referido del asesor jurídico de la CIA es un esfuerzo potencial de intimidación al personal" en la investigación de los interrogatorios durante la era de Bush.

La disputa entre la CIA y los senadores, que se ha desarrollado en privado durante más de cinco años, salió explosivamente a la luz pública en un enfrentamiento cuando Feinstein, demócrata por California, ofreció una versión detallada de los manejos secretos del Senado con la CIA en una investigación de los interrogatorios y prácticas de detención después de los atentados del 11 de septiembre.

Pero todos los servicios de inteligencia de Estados Unidos han sido objeto de un intenso escrutinio desde las revelaciones hechas a mediados del año pasado sobre la vigilancia electrónica de ciudadanos estadounidenses por parte de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). El gobierno del presidente Barack Obama ha batallado para reparar la confianza del público desde que Edward Snowden, exanalista de la NSA, hizo sus revelaciones.

Feinstein ha sido una de las principales defensoras de los cuerpos de inteligencia, aleando que la vigilancia de las comunicaciones electrónicas y telefónicas es una herramienta necesaria para combatir al terrorismo.

Por su parte, el director de la CIA, John Brennan, rechazó las acusaciones de Feinstein en insistió en que la agencia no trataba de interferir en la labor de la Comisión y negó que haya espiado al panel o al Senado. Brennan agregó que las autoridades pertinentes estudiarán el asunto y "cedo a ellas determinar si se infringió alguna ley o principio".

Brennan dijo que si hizo "algo indebido, iría ante el presidente, quien determinaría si me quedo o me voy".

El director de la CIA expresó a Feinstein en una carta en enero que asumía la responsabilidad por ordenar a técnicos de la CIA que auditaran los sistemas informáticos usados por el personal del Senado, para determinar si había alguna falla de seguridad.

En la carta, compartida con empelados de la CIA y de la que The Associated Press obtuvo una copia el martes, Brennan expresó que había pedido la revisión tras concluir que investigadores del Senado podían "haber obtenido y/o retenido… documentos sensibles de la CIA" de los que la agencia no tenía registros de haber compartido con ellos. Y repitió su solicitud de que los devolvieran.

Feinstein insistió en que su personal se comportó debidamente al seguir un acuerdo establecido entre su comisión y el entonces director de la CIA, Leon Panetta, en 2009.

Feinstein recibió un cerrado aplauso de sus colegas demócratas en un almuerzo privado del partido el martes. Varios republicanos también expresaron preocupación, pero el principal miembro de ese partido en la Comisión de Inteligencia, Saxby Chambliss, de Georgia, no fue uno de ellos.