Los senadores que redactan un nuevo plan de reforma migratoria bipartidista en Estados Unidos defendieron hoy que no se trata de una amnistía sino de una solución para que los once millones de inmigrantes indocumentados que hay en ese país entren en una vía legal.
El senador republicano, Marco Rubio, uno de los ocho senadores involucrados en el nuevo proyecto, acudió a siete programas de televisión, incluyendo los de las cadenas hispanas Univisión y Telemundo, en defensa del plan que aseguró "no es una amnistía".
Rubio señaló que la propuesta incluye medidas para reforzar la seguridad de la frontera y los inmigrantes tendrán que cumplir una serie de requisitos, como un "riguroso" control de antecedentes para recibir un permiso temporal y tendrían que esperar diez años antes de tramitar la residencia permanente.
"Creo que es importante entender que (este proyecto) no regala nada, permite a las personas el acceso al sistema de inmigración legal", señaló en el programa de ABC "This week".
Se trata, dijo, de dar una oportunidad para entrar en el proceso para solicitar un estatus legal temporal y quienes no cumplan con los requisitos solicitados, bien porque no llevan el tiempo suficiente o porque han cometido algún delito, "no podrán quedarse".
En declaraciones al mismo programa el también republicano Jeff Sessions, consideró que este plan es una "amnistía" para los once millones de inmigrantes indocumentados que viven en EE.UU. y su aplicación "aumentará el flujo legal de empleos poco cualificados", lo que repercutirá negativamente en el empleo estadounidense.
En respuesta a Sessions, el demócrata Charles Schumer rechazó esta posición y defendió que es una ley "muy equilibrada".
"Los estadounidenses nos han pedido que hagamos dos cosas. Una prevenir futuros flujos de inmigración ilegal y presentar una solución de sentido común para la inmigración legal y eso es lo que hace nuestra propuesta", señaló.
Rubio y Schumer pertenecen junto con los senadores John McCain (R-AZ), Jeff Flake (R-AZ), Michael Bennet (D-CO), Dick Durbin (D-IL), Bob Menendez (D-NJ) y Lindsey Graham (R-SC) al llamado bipartidista "Grupo de los ocho", que en enero pasado anunciaron su compromiso para trabajar en un plan de una reforma migratoria.
Según algunos elementos del texto que se espera se presente este martes, los inmigrantes tendrán que pagar tasas de solicitud y una multa; pagar impuestos mientras tienen ese estatus temporal y durante este periodo no tendrían acceso a los beneficios federales.
El plan impone además una fecha límite para ampararse al ajuste migratorio, que dejaría fuera del proceso de legalización a centenares de miles de indocumentados que entraron a EE.UU. después del 31 de diciembre de 2011.
Por su parte John McCain, que ha participado en anteriores esfuerzos bipartidistas fallidos para lograr una reforma migratoria, reconoció en declaraciones al programa de CNN "State of the Union" las "legítimas" preguntas de algunos de sus colegas conservadores.
McCain señaló que "este es el inicio del proceso, es el vehículo, que necesita audiencias e intercambio de ideas", que consideró bueno para el debate y se mostró "cautelosamente optimista" de que esta vez sí "veamos finalmente el final de este largo camino, en el que muchos de nosotros estamos implicados desde hace años".
El proyecto de ley contempla prohibir que los indocumentados tengan acceso a los beneficios de la reforma de salud de 2010, y tendrá un sistema obligatorio para que las empresas verifiquen el estatus migratorio de los empleados.
Además, exigiría la vigilancia "al 100 por ciento" de la frontera sur -por donde se cuela la mayor parte de la inmigración ilegal- y que las autoridades presenten un plan para garantizar una eficacia del "90 por ciento" en la detención de personas que crucen ilegalmente hacia este país.
Rubio, que habló en español para Univisión, consideró que este es un proyecto de ley "serio" bipartidista que "es la manera lógica de avanzar" en materia migratoria y que cree que puede "justificar" ante sus colegas republicanos y conservadores.
"Es una forma razonable de lidiar con un problema muy serio" del que según dijo, sólo se benefician los criminales que abusan de los inmigrantes que cruzan la frontera y de los empleadores que pagan menos a sus empleados por estar de forma irregular. /EFE