Cuatro días después del terremoto que sacudió Filipinas, el más fuerte en más de 20 años, los equipos de rescate suspendieron hoy la búsqueda de supervivientes; hasta ahora fueron recuperados 180 cadáveres y 13 personas siguen oficialmente desaparecidas, pero ya se las da por muertas.
"Las operaciones de rescate han terminado y ahora buscamos los cuerpos de las víctimas", dijo Eduardo del Rosario, jefe de la oficina nacional de protección civil, en una rueda de prensa. "Seguimos buscando a 13 (desaparecidos), pero nuestros equipos están en el lugar para sacar cuerpos".
El sismo de magnitud 7,2 en la escala de Richter ocurrió el martes en una región situada a 640 kilómetros al sur de Manila. Más de 34.000 casas en cinco provincias fueron destruidas por el movimiento telúrico, entre ellas iglesias antiguas, decenas de hospitales y oficinas del gobierno. Más de 400.000 personas continúan en refugios por el temor a réplicas.
La provincia más afectada fue la de Bohol, donde se registró el mayor número de víctimas. El suministro de agua y electricidad se interrumpió durante días, mientras la destrucción de calles y puentes dificulta el acceso a los lugares más afectados.
En Bohol resultaron también dañadas atracciones turísticas, además de iglesias históricas las conocidas como colinas de chocolate, una formación geológica de más de 1.200 cúpulas de caliza que se alzan en medio de la vegetación. /DPA