2001.com.ve | EFE
El presidente brasileño, Michel Temer, cuyo mandato concluirá el próximo 1 de enero, afirmó hoy que una vez que deje el poder enfrentará "tranquilamente" a la Justicia, en la que le esperan tres posibles procesos por presunta corrupción.
"No tengo la menor preocupación con eso", dijo el mandatario en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, en la que afirmó que su conciencia está "tranquila" y que está convencido de que probará su inocencia.
"La vida me llevó a la Presidencia y eso tiene riesgos", apuntó el gobernante, sobre quien pesan dos acusaciones por corrupción en relación a sus presuntos vínculos con la empresa cárnica JBS y una tercera sobre supuestas maniobras para favorecer a otra compañía privada con un decreto que reguló la actividad portuaria en el país.
En los dos primeros casos, las acusaciones fueron formuladas por la Fiscalía General, pero la posibilidad de llevarlo a juicio fue bloqueada por la Cámara de Diputados, que las dos veces negó su necesario desafuero.
En el caso relativo a los puertos, la Policía Federal ha concluido las investigaciones, pero la Fiscalía ha dado a entender que sólo hará la acusación formal una vez que deje el poder, pues ni siquiera queda ya tiempo para el análisis parlamentario.
Según dijo hoy Temer, quien insistió en su inocencia, esos fueron algunos de los peores momentos que pasó en el ejercicio del poder, que asumió a mediados de 2016 tras la destitución de Dilma Rousseff, de quien era su vicepresidente.
"Siento que fui y soy víctima de una injusticia", sobre todo en el aspecto "moral", declaró.
"Tengo medio siglo en la política y mi vida siempre fue limpia hasta que llegué a la Presidencia", apuntó Temer, quien consideró que las acusaciones fueron "tramadas" en el marco de una "campaña feroz" que orquestó la oposición.
Temer, quien le entregará el poder al ultraderechista Jair Bolsonaro, ganador de las elecciones celebradas en octubre pasado, reafirmó que ese día terminará su vida pública.
"Voy a vivir conmigo mismo por primera vez. Voy a retomar mi vida académica y la abogacía", dijo sobre su futuro inmediato.
Añadió que espera ser recordado como "alguien que intentó poner a Brasil sobre sus rieles nuevamente" y que "en buena parte lo logró", mediante reformas estructurales que establecieron límites al gasto público o "modernizaron" la legislación laboral.
"Sólo voy a sentir falta del (grito) ‘Fuera Temer'" que se oía en las manifestaciones en su contra, comentó en tono de broma. "Si querían que me fuera, es porque estaba dentro", apuntó sonriente.
No obstante, en tono más serio, consideró que será "recordado como un presidente reformista".
También aludió al escaso apoyo popular con que se despedirá del poder, que las encuestas más favorables a su imagen sitúan en torno al 8 %.
"Nunca me preocupé con el populismo", indicó Temer, quien también se dijo convencido de que el "reconocimiento vendrá después".
Sin embargo, casi riéndose de sí mismo, aclaró: "Quiero dejar claro que mi popularidad en los últimos tiempos ha subido del 4 % al 8 %, lo que significa que se ha duplicado".
2018-12-06
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