AP
Soldados del ejército y socorristas trataban de rescatar el sábado a veintenas de residentes atrapados después que un par de intensos terremotos en el sudoeste de Japón que mataron al menos a 41 personas, hirieron a unas 1.500 y dejaron a miles sin agua ni electricidad.
Se pronosticaban lluvias durante la noche, lo que amenazaba con complicar las operaciones de rescate y desencadenar más deslizamientos en pueblos rurales aislados, cuyos residentes aguardaban ser rescatados de entre los restos de casas desplomadas.
La policía en la Prefectura de Kumamoto informó el sábado por la noche que 32 personas murieron por el sismo de magnitud 7,3 y los remezones que sacudieron la región de Kumamoto en la isla de Kyushu la mañana del sábado. Otros nueve murieron por un temblor de magnitud 6,5 que golpeó la misma área el jueves por la noche.
Cuatro personas estaban desaparecidas en Minamiaso, reportó la agencia noticiosa japonesa Kyodo. El pueblo cerca del volcán del Monte Aso parece haber sido el más afectado por el segundo sismo.
Los medios japoneses informaron que casi 200.000 hogares se quedaron sin electricidad. Imágenes de video por televisión mostraron a personas envueltas en mantas, sentadas o agolpadas en el piso de los centros de evacuación. Se calcula que 400.000 viviendas carecían de agua potable.
Cientos de personas se alinearon para recibir raciones en refugios antes del anochecer, anticipándose a la lluvia y fuertes vientos pronosticados. Los comercios locales vendieron todas sus existencias y cerraron las puertas, y algunas personas manifestaron temor de quedarse sin alimentos.
"Pude oír el ruido de todos mis platos que se rompían al caer", se lamentó Ayuko Sakamoto, que hacía fila para recibir alimentos.
El secretario del gabinete, Yoshihide Suga, afirmó que los heridos ascienden a 1.500. Una funcionaria de la Prefectura de Kumamoto, Riho Tajima, dijo que había 184 heridos graves y que más de 91.000 fueron evacuados de sus hogares. Más de 200 casas y otros edificios quedaron destruidos o dañados, agregó.
El primer ministro, Shinzo Abe, expresó su preocupación por los desastres que puedan derivarse de los sismos ya que la previsión meteorológica pronostica lluvias y fuertes vientos en la zona más tarde el sábado.
La lluvia puede provocar deslaves ya que la tierra se ha movido por los temblores.
"El día de hoy es la gran prueba" para las labores de rescate, afirmó Abe. Los deslizamientos de tierra ya bloquearon carreteras y destrozaron puentes, obstaculizando las operaciones de rescate y ayuda.
La policía recibió reportes de 97 casos de personas atrapadas o enterradas bajos los escombros de edificios derrumbados, mientras que otras 10 quedaron atrapadas en deslaves en tres municipalidades de la Prefectura, informó Kyodo News.
Imágenes de televisión mostraron importantes daños en una residencia de estudiantes de la Universidad de Tokai, que originalmente tenía dos pisos pero que ahora parece tener sólo uno. Un testigo dijo que escuchó gritos de ayuda de entre los escombros. Dos estudiantes estarían muertos.
En Mashiki, donde algunas personas pasaron horas atrapadas entre los restos, una anciana inconsciente fue rescatada de entre los escombros de su vivienda. Su yerno, Tatsuhiko Sakata, explicó que Yumiko Yamauchi, de 93 años, se negó a trasladarse a un albergue con él tras el primer sismo del jueves.
Numerosas réplicas siguen sacudiendo la zona. La más fuerte, de magnitud 5,4, se registró en la mañana del sábado. La Agencia Meteorológica de Japón explicó que el del sábado podría ser el terremoto principal, y el anterior sólo un precursor. Los epicentros de ambos sismos estuvieron a poca profundidad — unos 10 kilómetros (6 millas) — y su cercanía a la superficie podría haber provocado más movimiento y daños más graves. La televisora NHK señaló que en el lapso de una hora se sintieron hasta ocho temblores.
2016-04-16