El exministro de Exteriores griego, Theodoros Pángalos, reconoció que Grecia escuchó ilegalmente a diplomáticos de Estados Unidos, un día después de que fuese publicado que la embajada estadounidense en Atenas había sido usada como centro de espionaje.
El semanario alemán "Der Spiegel" publicó una información basada en documentos aportados por Edward Snowden, excolaborador de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) y la CIA, según la cual la embajada estadounidense en Atenas, situada en un céntrico edificio de grandes dimensiones, habría realizado escuchas e interceptación de llamadas a través de un centro instalado en su tejado y que podía ser dirigido por control remoto.
Preguntado por ello en la emisora de radio To Vima FM, el exministro socialista Pángalos afirmó que también Grecia había espiado a diplomáticos estadounidenses.
"Los servicios secretos griegos consiguieron escuchar a los embajadores de Estados Unidos en Atenas y Ankara (Turquía)", aseguró.
Preguntado sobre si eso era legal, el exjefe de la diplomacia helena contestó: "¿Está usted de broma? Fue un acto de espionaje, y con mucho éxito".
Además, aseguró que tanto el primer ministro, como el titular de Defensa, el de Exteriores y el jefe de los servicios secretos estaban al tanto de estas escuchas a los diplomáticos estadounidenses, algo que consideró habitual y que "ocurre en cada Gobierno".
Pángalos explicó que, a través de las escuchas, no descubrió nada extraordinario, pero aseguró que se "divirtió" mucho con las conversaciones entre los embajadores en Atenas y Ankara.
"No descubrí cosas que no supiera, pero fue bastante divertido escuchar al embajador diciendo a alguien ‘¿Qué está haciendo ese hijoputa de Pángalos?’ y al otro respondiendo ‘Ese hijoputa me llamó'", afirmó a la emisora.
De acuerdo a las declaraciones de Pángalos, las escuchas a las que hace referencia se produjeron a finales de la década de 1990, cuando él ocupaba la cartera de Exteriores y era primer ministro el socialdemócrata Kostas Simitis.
Pángalos dimitió de su puesto como jefe de la diplomacia a inicios de 1999, cuando se descubrió que el líder del grupo armado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan, se cobijaba en la residencia del embajador griego en Nairobi (Kenya), y tras una fuerte presión internacional, Grecia se vio obligado a entregarlo a Turquía.
Se sospecha que fue Estados Unidos quien comunicó a Turquía el paradero de Öcalan ya que en esos momentos numerosos espías estadounidenses se encontraban en Nairobi investigando el atentado contra la embajada de EE. UU. ocurrida en mayo de 1998 y atribuida a Al Qaeda./EFE
2013-10-29