EFE
Un grupo de supuestos exrebeldes de Séléka quemaron a 13 personas vivas este fin de semana, durante un ataque al pueblo de Dissikou, en el centro de la República Centroafricana (RC), informaron hoy a Efe testigos del incidente.
"Hombres de Séléka fuertemente armados atacaron nuestro pueblo. Aprovechando el pánico, arrestaron a trece personas, a las que encerraron dentro de una casa y le prendieron fuego", dijo a Efe el testigo, que logró encontrar refugio en la catedral católica de Santa Theresa de la ciudad cercana de Kaga Bandoro.
"Una persona que trató de escapar por la ventana fue asesinada a tiros en el acto", añadió la fuente, un vecino de Dissikou.
El ataque ha sembrado el pánico entre los habitantes de la región.
"Estos hombres, mujeres, niños y ancianos están traumatizados después de lo ocurrido", contó a Efe un religioso de la zona.
Sin embargo, contactado por Efe en Bangui, el general Abdel-Kader Kalil, uno de los líderes de Séléka, negó la implicación de sus hombres en el ataque.
"Bandoro -región donde ocurrieron los hechos- es una zona controlada por la MISCA (Misión de la Unión Africana en la República Centroafricana). Este ataque es una venganza de los pastores (musulmanes de la etnia) fulani, después de que los habitantes del pueblo mataran a sus animales", aseguró Kalil.
Por su parte, fuentes de la misión francesa en la RC, "Sangaris", afirmaron que están haciendo "todo lo posible para localizar" a los responsables del ataque, contra los que tomarán medidas.
Este nuevo incidente violento se produce dos días después de que los exrebeldes de Séléka celebraran en la localidad de Ndele -noreste del país- un congreso para reestructurar la organización y mejorar su imagen después de los graves abusos cometidos por sus hombres.
La República Centroafricana sufre una espiral de violencia protagonizada por milicias musulmanas, partidarias del exgrupo rebelde Séléka, y cristianas, las denominadas "Anti-Balaka", desde el pasado diciembre.
La coalición Séléka, compuesta por cuatro grupos rebeldes, se alzó en armas en el norte del país en diciembre de 2012 al considerar que el entonces presidente, Bozizé, no había respetado los acuerdos de paz firmados en 2007.
La capital, Bangui, fue tomada en marzo de 2013 por la entonces coalición rebelde Séléka, que asumió el poder en el país tras la huida del derrocado Bozizé.
Al final del pasado año, las milicias cristianas "Anti-Balaka" se alzaron contra los partidarios de Séléka, y contra la población musulmana en general, en represalia por los abusos cometidos por los exrebeldes.
Un frágil Gobierno de transición controla formalmente el país desde el pasado mes de enero.
2014-05-13