Redacción 2001.com.ve
Ante el fracaso de las negociaciones con la Eurozona, el gobierno de Alexander Tsipras decretó un corralito bancario y bursátil en el país helénico, que irá más allá del referéndum convocado para el 5 de julio para ratificar (o no) las condiciones impuestas por los acreedores europeos.
Los bancos griegos permanecerán cerrados hasta el 6 de julio y los ciudadanos podrán sacar un máximo de 60 euros diarios por tarjeta de crédito durante este tiempo. De igual manera, la bolsa griega no operó hoy y sus operaciones están suspendidas hasta el próximo 6 de julio.
Según el decreto gubernamental titulado "Vacación bancaria de corta duración", la medida obedece al "carácter de extrema urgencia y a la necesidad imprevista de proteger al sistema financiero y a la economía griegos ante la falta de liquidez provocada por la decisión del Eurogrupo del 27 de junio de no ampliar el plan de ayuda a Grecia" que expira el 30 de junio.
Los bancos y el mercado bursátil abrirán el próximo 7 de julio. Para esa fecha ya los griegos habrán votado por la aprobación o negación de las condiciones impuestas por los socios de la Eurozona, para desbloquear un nuevo préstamos que salvaría al país de la quiebra.
Los cajeros automáticos, algunos sin dinero tras las retiradas masivas de este fin de semana, "funcionarán de nuevo normalmente como muy tarde el lunes al mediodía", según un comunicado del gobierno.
A pesar de las previsiones del decreto, que excluía a los pensionados, este se convirtió en uno de los grupos más afectados por el decreto de Tsipras al no poder cobrar su pensión por razones logísticas.
"El pago de jubilaciones queda fuera de la presente limitación de transacciones bancarias", precisaba el decreto, que agrega que "las administraciones de las entidades de crédito anunciarán la forma en que se pagarán dichas pensiones".
Sin embargo, hasta las cinco de la tarde, los pensionados no sabían qué suscursales de los bancos abrirían para atenderlos.
Las transacciones bancarias por internet dentro del país se suponen podrán hacerse normalmente, al igual que los pagos por tarjeta bancaria en comercios. Sin embargo, será necesaria la autorización de una "comisión de validación de intercambios bancarios" dependiente del ministerio de Finanzas para realizar transferencias bancarias al extranjero.
El problema es que Grecia es un país en el que el uso de tarjeta no está ni mucho menos tan extendido como en otras naciones de la Unión Europea.
El gobierno trató de tranquilizar a los miles de turistas que se encuentran actualmente en Grecia, al asegurar que las tarjetas de crédito extranjeras no se verán afectadas por estos topes.