DPA
Expertos de Rusia y la Unión Europea (UE) aclararán los malentendidos que pueda haber sobre las consecuencias económicas de un acuerdo de asociación entre la UE y las ex repúblicas soviéticas después de los fuertes desacuerdos por la orientación hacia Occidente de Ucrania.
La medida fue acordada hoy por el presidente ruso, Vladimir Putin, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, en Bruselas.
Por su parte, Putin aseguró que no tiene intención de cancelar los créditos concedidos en diciembre a Ucrania por 15.000 millones de dólares, incluso en el caso de un cambio político en la ex república soviética.
"No daremos marcha atrás", dijo Putin cuando le preguntaron si los créditos están vinculados a un gobierno del presidente Viktor Yanukovich, después de reunirse con altos dirigentes de la Unión Europea en una cumbre bilateral en Bruselas.
"Para nosotros es importante confiar en que nos devolverán el dinero", dijo Putin. "Para nosotros es significativa la política económica que sigue un gobierno, sea cual sea ese gobierno. Hablaremos con cualquier gobierno en Ucrania".
Putin añadió que la reducción del precio del gas acordada con Yanukovich "no tiene nada que ver con el deseo de apoyar a determinado gobierno sino con el deseo de ayudar a los simples ciudadanos de Ucrania".
Asimismo, mencionó que Moscú mantuvo un "diálogo constructivo" con la ex primera ministra opositora Julia Timoshenko, que se encuentra en prisión, pero se mostró escéptico sobre que Ucrania necesite mediadores. "Cuanta más mediación haya, más problemas habrá". Añadió que Moscú respeta las decisiones del pueblo ucraniano. "No nos entrometeremos", dijo.
Barroso habló de conversaciones "francas y abiertas" con Putin, lo que en la jerga diplomática significa diferencias de opinión. Putin señaló que hubo una atmósfera "constructiva".
"Puede haber diferentes interpretaciones y malentendidos sobre nuestros acuerdos de asociación", señaló Van Rompuy. Los acuerdos con países como Moldavia, Georgia o Ucrania son "completamente compatibles" con los acuerdos comerciales existentes entre estos países y Rusia. "Ambos estamos de acuerdo en realizar consultas bilaterales a niveles de expertos sobre los acuerdos de asociación con países del este y las consecuencias para ambos lados", añadió Van Rompuy.
"No entendemos las cosas siempre de la misma manera que los europeos", dijo Putin. "No podemos permitirnos tener nuevas líneas divisorias en Europa", añadió. "Hay una necesidad urgente de (…) revisar los malentendidos existentes e identificar los malentendidos mutuos".
Por su parte, Barroso dijo que Putin "no tiene problemas" con el programa europeo de asociación con países del este, que incluye a Ucrania, pero quiere "conocer las consecuencias que algunos de esos acuerdos podrían tener para la economía rusa".
Rusia se esfuerza hace años en la creación de una unión aduanera con ex repúblicas soviéticas, para lo cual deben caer las barreras comerciales. "Nuestra Asociación Oriental no perjudica los lazos económicos, políticos, sociales, humanos y culturales con muchos de nuestros vecinos comunes", dijo Van Rompuy al presidente ruso, en un tono menos duro que el empleado en la cumbre de la Asociación Oriental de noviembre en Vilna, Lituania.
Con la Asociación Oriental, creada en 2009, la UE quiere darle a sus vecinos del este de Europa una perspectiva occidental.
Además, tanto Barroso como Van Rompuy pidieron el fin de la violencia en Ucrania. "Creo que es tanto del interés de la UE como de Rusia contribuir a la estabilización de la situación en base al Estado de derecho y los derechos humanos". Van Rompuy afirmó que no era cuestión de la UE pedir elecciones anticipadas en Ucrania, sino que eso debería ser decidido en el país mismo. Poco después de la cumbre, la encargada de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, viajó a Kiev.
La próxima cumbre UE-Rusia está prevista para el 3 de junio en la ciudad rusa de Sochi, poco antes de la cumbre del G8.