EFE
Una veintena de personas murió hoy en ataques registrados en diversas zonas de Irak, sobre todo en la ciudad septentrional de Mosul y su periferia, informaron a Efe fuentes del Ministerio del Interior.
Un atentado suicida con coche bomba causó la muerte de cuatro personas -dos de ellas soldados- y heridas a otros cinco militares en un puesto de control del Ejército iraquí en la zona de Al Haramat, en el oeste de la ciudad de Mosul, a 400 kilómetros al norte de Bagdad.
Las fuentes indicaron que un agente de la policía federal falleció y otro resultó herido por el estallido de un artefacto al paso de su patrulla en el mercado de Al Maash, en el oeste de Mosul.
En dos sucesos similares, un policía murió y otro resultó herido en la zona de Al Zanyali, en el centro de Mosul, mientras que otro miembro de seguridad sufrió lesiones en el área de Ras al Yada, en el oeste.
Además, dos civiles murieron por disparos de desconocidos cerca de la zona de Al Qaiara, a 50 kilómetros al sur de esa localidad.
Según las fuentes, tres hombres armados perdieron la vida en choques con las fuerzas de seguridad iraquíes en la localidad de Albu Fashka, a 50 kilómetros al sur de Mosul.
Uno de los ataques más mortíferos se registró en la zona de Kanaan, próxima a Baquba, capital de la provincia de Diyala (noreste), donde cuatro civiles fallecieron y cinco sufrieron heridas por el estallido de una bomba al paso del autobús en que viajaban.
En las localidades de Al Meqdadiya y Bani Saad, situadas en esa provincia, dos personas murieron y otras cinco sufrieron heridas en un ataque cometido por un grupo armado y por la explosión de una bomba lapa en un coche.
Asimismo, un oficial y dos efectivos de policía perdieron la vida y otros dos sufrieron heridas por los disparos de desconocidos contra la comisaría del área de Tel al Zahab, ubicada en la provincia de Salahedin, al norte de la capital iraquí.
Las mismas fuentes revelaron que dos personas murieron en dos ataques perpetrados por desconocidos con armas con silenciadores en el suroeste y el noreste de Bagdad.
Irak afronta un aumento de la violencia confesional y de atentados terroristas que causaron el pasado año la muerte de más de 8.860 personas, de las que 7.818 eran civiles, según un recuento de Naciones Unidas.