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Unos 3,7 millones de personas están al borde de la hambruna en Sudán del Sur y si no se consiguen fondos para financiar la ayuda de emergencia, el próximo enero se producirá una catástrofe en el país más joven del planeta, alertó hoy la ONU.
"Estamos en una carrera contra el tiempo. Si no plantamos ahora, en abril y mayo, no recogeremos nada en enero próximo y se producirá una catástrofe como no vemos desde mediados de los ochenta", advirtió en rueda de prensa Toby Lanzer, coordinador humanitario de Naciones Unidas para Sudán del Sur.
Lanzer explicó que Naciones Unidas necesita alimentar, ofrecer agua potable, alojar y dar atención médica de emergencia a un millón de personas y no puede hacerlo porque no tiene fondos para financiarlo.
"De hecho, este primer trimestre del año hemos recibido menos dinero que en el primer trimestre del año pasado, cuando no había estallado un conflicto como el que vivimos estos días".
Hasta la fecha, se han obtenido 406 millones de dólares de los 617 que se solicitó para hacer frente a la emergencia y no desaprovechar la estación del plantío.
"Si no plantamos y no recogemos, nos enfrentaremos a una catástrofe sin precedentes que afectará a siete millones de personas y hacer frente a esa emergencia costará mucho más dinero", advirtió.
Según datos de la ONU, desde que la violencia estalló el pasado 15 de diciembre, más de un millón de personas han dejado sus hogares, de las cuales 800.000 son desplazadas internas y otras 254.000 han cruzado las fronteras y son refugiadas en los países colindantes.
Esta situación de crisis se agrava por el hecho de que Sudán del Sur alberga a 220.000 refugiados sudaneses que a su vez han huido de su país.
"Nunca pensé que vería a personas abandonar sus casas y buscar refugio en Darfur -confesó Lanzer- pero la situación es tan desesperada que es lo que está ocurriendo en Sudán del Sur".
El conflicto en Sudán del Sur comenzó el pasado 15 de diciembre cuando las autoridades sursudanesas tuvieron que hacer frente a un ataque de militares rebeldes, y el Gobierno acusó de este supuesto intento de golpe de Estado al exvicepresidente Riak Machar, rival político del mandatario, Salva Kiir.
Desde entonces se han sucedido los enfrentamientos, que han causado miles de muertos y han colocado al borde de la guerra civil al joven país, que se independizó en julio de 2011 de Sudán.
"El problema es político, pero también étnico, de rivalidades anteriores. Hay que recordar que la creación del Estado llegó tras 50 años de guerra interrumpida, había recelos subyacentes que no se tuvieron en cuenta. No hubo un proceso de reconciliación profundo, y lo que al principio pareció un enfrentamiento que se podía controlar, se ha convertido en un conflicto generalizado".
El Gobierno y los insurgentes alcanzaron un alto el fuego el pasado 23 de enero en Adis Abeba, pero ambas partes se acusan mutuamente de violar la tregua, especialmente en los estados de Unidad, Jonglei y Alto Nilo.
"No creo que la situación esté para que un acuerdo de paz pueda darse a corto plazo", confesó Lanzer. EFE