La Autoridad de Información Financiera (AIF), organismo creado en 2010 para vigilar la transparencia financiera de la Santa Sede, ha sido admitida en el Grupo Egmont, que reúne a las unidades de información financieras a nivel global, informó hoy el Vaticano.
La admisión se ha producido durante la 21 sesión plenaria del Grupo Egmont, celebrado en Sun City (Suráfrica).
"La participación en el Grupo Egmont representa la integración en una red global de unidades de información financiera y facilita el intercambio de informaciones para la lucha contra los delitos financieros", subrayó el Vaticano, para el que, agregó, la admisión representa "un nuevo paso en la participación en ese compromiso internacional".
El director general del AIF, el suizo René Bruelhart, dijo hoy que la admisión en el grupo Egmont supone "el reconocimiento de los esfuerzos sistemáticos de la Santa Sede y del Estado de la Ciudad del Vaticano en la identificación y combate del blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo.
El Grupo Egmont fue creado en 1995 y del mismo forman parte las unidades de información financiera de 130 países.
El 30 de diciembre de 2010, el papa Benedicto XVI aprobó una ley para luchar contra el blanqueo de dinero en las instituciones financieras del Vaticano, que entró en vigor el 1 de abril de 2011, y para vigilar la aplicación de la misma creó la Autoridad de Información Financiera.
En julio del pasado año, Moneyval, el órgano de control del Consejo de Europa para la lucha contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo, instó a la Santa Sede a reforzar sus organismos supervisores, aunque reconoció que había recorrido "un largo camino en muy poco tiempo".
Recientemente la AIF ha firmado acuerdos con España, Bélgica, Eslovenia y EE.UU para fomentar la cooperación bilateral mediante el intercambio de informaciones en el sector financiero.
El pasado 22 de mayo, Bruelhart presentó el informe anual 2012 del organismo y señaló que seis actividades financieras sospechosas fueron localizadas en ese años por la AIF).
Bruelhart destacó que "teniendo en cuenta la naturaleza, las reducidas dimensiones y la peculiaridad del sistema económico financiero del Estado de la Ciudad del Vaticano, los datos muestran un efectivo sistema de señalizaciones de las actividades sospechosas".
El director de la AIF insistió en que el Vaticano es un aliado creíble en la lucha internacional contra el blanqueo de dinero, "ya que los sistemas de vigilancia interna funcionan".
En este sentido agregó que durante el pasado año pidieron información sobre movimiento de capital a un país extranjero y recibieron tres peticiones de autoridades extranjeras, frente a las siete de un año antes, lo que significa -subrayó- que los mecanismos internos vaticanos funcionan.
La normativa vaticana establece que hay que declarar tanto las salidas como entradas de dinero igual o superior a 10.000 euros. EFE