Jordania y Turquía, dos de los países vecinos de Siria que acogen más refugiados de este país, pidieron hoy en la apertura de la conferencia de paz para Siria que se garantice su retorno en condiciones seguras.
Ambos, junto con Irak y el Líbano, soportan la mayor carga de refugiados generada por el conflicto sirio que estalló hace cerca de tres años.
En total, 2,3 millones de sirios han huido de la guerra civil, una cifra que los organismos especializados de Naciones Unidas temen pueda llegar a los 3 millones para fines de este año.
El ministro de Exteriores de Turquía, Ahmet Davutoglu, indicó que su país, donde viven ya unos 700.000 sirios, seguirá manteniendo las fronteras abiertas, aunque reclamó a la comunidad internacional que asegure las condiciones para que una vez se produzca el alto al fuego éstos puedan regresar en condiciones de seguridad.
"Miles de civiles en Siria son privados de alimento y medicamentos. Se ven obligados a elegir entre huir de su país o arriesgarse a ser sitiados por los combates. Esto debe terminar y no quedar impune", dijo.
Para el ministro, la conferencia de paz que arrancó hoy en Montreux (Suiza) trata sobre la "dignidad humana", ya que entre sus objetivos debe estar garantizar el futuro de los miles de niños sirios nacidos como refugiados y evitar así una generación perdida.
El futuro de esa generación es también una de las "principales preocupaciones" de Jordania, según expresó su ministro de Exteriores, Nasser Judeh, quien también se refirió a la necesidad de dotar a los refugiados sirios de la protección necesaria para poder regresar.
"En Jordania hay unos 1,3 millones de sirios. Les hemos acogido con los brazos abiertos y mantendremos nuestras fronteras abiertas porque son nuestros hermanos", declaró Judeh.
Sin embargo, reconoció que no todas las comunidades de refugiados gozan de la protección y seguridad necesarias y solicitó la ayuda financiera de la comunidad internacional al tiempo que alertó del riesgo para la estabilidad de Jordania del aumento de flujo de refugiados. EFE