El juicio militar contra el soldado Bradley Manning por la filtración de información clasificada a WikiLeaks quedó visto hoy para sentencia tras los alegatos finales de la defensa y del Gobierno estadounidense, que busca la cadena perpetua contra el militar por "ayudar al enemigo".
El abogado principal de la defensa, David Coombs, presentó este viernes al soldado de 25 años como un joven idealista, atormentado por la violencia en el teatro bélico, que decidió ceder a WikiLeaks más de 700.000 documentos clasificados para revelar al mundo la realidad de la guerra.
El juicio, que comenzó el pasado 3 de junio tras año y medio de preparación previa, está presidido por la jueza militar Denise Lind, quien anunciará un veredicto de culpabilidad o inocencia en pocos días y a partir del miércoles próximo iniciará una fase para determinar la sentencia definitiva.
El caso podría sentar varios precedentes y ha servido para que EE.UU. presente a Julian Assange, fundador de WikiLeaks y refugiado en la embajada ecuatoriana en Londres, como cómplice de Manning.
El exanalista militar de inteligencia, desplegado en Irak entre octubre de 2009 y mayo de 2010, cuando fue detenido, se ha declarado culpable de los diez cargos menos graves de los 21 que se le imputan, lo que conlleva una condena de 20 años de prisión.
Manning reconoció que filtró a WikiLeaks casi medio millón de registros de las guerras de Irak y Afganistán, más de 250.000 cables diplomáticos, vídeos de operaciones bélicas, memorandos de la CIA y datos de presos de la Base Naval de Guantánamo (Cuba).
Coombs criticó hoy que la fiscalía, que ayer dedicó toda la jornada a presentar su alegato, quiera mostrar al soldado como alguien que "recopiló y descargó toda la información posible para su verdadero empleado: WikiLeaks" con argumentos "infantiles" y simplistas.
Para sus defensores, Manning, que llegó a Irak poco antes de cumplir 22 años, "era un soldado joven iluso, con buenas intenciones y valores humanistas", que decidió llevar a cabo una de las mayores filtraciones de documentos clasificados de la historia estadounidense de manera selectiva y "con el único propósito de provocar un cambio" y por "sentido del deber con la humanidad".
Según Coombs, Manning no buscaba notoriedad con sus filtraciones, como expuso el Gobierno estadounidense, y "está dispuesto a pagar un precio" por lo que hizo.
Además, el defensor dijo que WikiLeaks es una "organización periodística legítima" cuya labor no es dar información a enemigos de Estados Unidos, sino "hacer al Gobierno responsable de sus actos" como corresponde a los medios de comunicación.
Coombs rebatió la caracterización de Manning por parte de la fiscalía como un anarquista, un traidor y un "hacker" al servicio de WikiLeaks, que para la parte acusadora es una organización equivalente a una "agencia de inteligencia extranjera" que puso información secreta en manos de enemigos como Al Qaeda.
Otro de los puntos del debate entre la fiscalía y la defensa y que podría sentar precedente es si filtrar información sensible en internet puede ser considerado como un modo indirecto de ayudar a enemigos de EE.UU. bajo el código militar.
La defensa y la fiscalía también se disputan la fecha en que comenzó la cooperación entre Manning y WikiLeaks, que para la acusación se inició dos semanas después de la llegada del soldado a su puesto en Irak, en noviembre de 2009, mientras que el acusado asegura que empezó a principios de 2010.
La fiscalía sostiene que un inicio tan temprano, con la supuesta filtración de un vídeo codificado sobre una matanza en Afganistán, demostraría que Manning tenía un plan y lo ejecutó de manera indiscriminada al no poder conocer el contenido de esas imágenes o de todo y cada uno de los miles de documentos que reveló.
Si, con excepción del cargo de "ayuda a enemigo", Manning fuera encontrado culpable de todos los demás, que incluyen violación de la ley de espionaje, del código de conducta militar, fraude, robo y manejo no autorizado de propiedad gubernamental, el soldado se enfrentaría a una condena de 154 años.
La base militar de Fort Meade (Maryland), sede de las principales agencias de inteligencia del Pentágono, ha acogido, rodeada de fuertes medidas de seguridad, este juicio, que ha contado con esporádicas manifestaciones de miembros de la red de apoyo a Manning, que lo consideran un "héroe".
La prensa ha estado sometida a duros controles, especialmente los dos últimos días, para evitar que se diera a conocer en tiempo real el contenido del juicio, el cual se transmite en circuito cerrado de televisión dentro de la base. /EFE
Viernes 26/07/2013