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La densa ceniza que brotaba del volcán Agung en Bali se disipaba este lunes en una débil columna de vapor mientras las aerolíneas australianas que cancelaron vuelos a la isla indonesia están restableciendo su servicio.
La agencia de desastres de Indonesia dijo que la situación sigue en su nivel más alto de alerta, pero que la mayoría de Bali es seguro para los turistas.
La zona de exclusión alrededor del volcán se extiende 10 kilómetros (6 millas) desde el cráter en algunas direcciones. Más de 55.000 personas están viviendo en albergues.
Las aerolíneas Jetstar y Virgin Australia, que cancelaron vuelos el fin de semana pese a que la nube de cenizas se había reducido drásticamente, dijeron el lunes que reanudaron sus servicios.
El centro regional de monitoreo de cenizas en Darwin, Australia, dejó de emitir avisos sobre el Agung, un reflejo de que actualmente no representa un peligro para las aeronaves. Reanudaría los avisos si ocurre una nueva erupción.
Decenas de miles de turistas se quedaron varados cuando la ceniza obligó a cerrar el aeropuerto de Bali por tres casi días la semana pasada.
Vulcanólogos del gobierno indonesio dicen que el cráter del Agung está lleno de lava en un tercio y que persiste un alto riesgo de más erupciones.
La última erupción grande del volcán, en 1963, mató a más de 1.100 personas y siguió activo por un año.
David Boutelier, geólogo de la Universidad de Newcastle, en Australia, dice que la probabilidad de una explosión violenta es aún “muy alta”, pero menor que hace varias semanas porque se está aliviando la presión.
2017-12-04