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El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, respondió a las acusaciones del gobierno venezolano sobre su parcialidad ante la grave situación de crisis por la que pasa el país y resaltó que el distanciarse del tema sería lo peor para Venezuela.
"Soy imparcial, porque analizo objetivamente los hechos y las condiciones existentes. No soy neutral, porque me debo a compromisos ineludibles con el sistema interamericano en cuanto a democracia y derechos humanos, y eso es definitivamente llevar adelante una causa. Nosotros hemos sido imparciales, otra cosa es tomar distancias del asunto. Sería lo peor que podría pasar cuando hablamos de crisis social y humanitaria, de presos políticos, de torturados, de desconocimiento de los poderes del Estado, del país más corrupto del continente y uno de los más violentos del mundo".
Asimismo, resaltó que cuando se tiene una situación de deterioro institucional y de la democracia, hay que ser muy proactivos "cuando empieza a encontrar obstáculos en la aplicación de un artículo constitucional que reconoce el derecho de la gente, el referéndum revocatorio, no sólo estamos desconociendo los poderes del Estado, sino que se están desconociendo también los derechos de la gente. Y eso lleva al país a una fase final de deslegitimación, que es en la que estamos. Hay una legitimación de origen, que el pueblo eligió presidente a Nicolás Maduro. Es el último reducto que les queda a los que puedan argumentar que Venezuela es una democracia. Si se obstruye ese derecho de la gente, ese último reducto se estaría perdiendo", explicó.
Almagro, en una entrevista para BBC Internacional, aseguró que otro punto de deslegitimación del gobierno venezolano, es el caso del líder opositor, Leopoldo López, situación que sigue de cerca “nosotros no habíamos hablado nunca de presos políticos en Venezuela hasta que vimos la sentencia de Leopoldo López. No conocíamos los detalles de la investigación. Podía aparecer probado y contraprobado en el proceso que él había instruido, dado órdenes o dado lugar a alguna de las 43 muertes que se produjeron (en las protestas de febrero de 2014). Cuando vemos que no hay la más remota conexión, ni surrealista siquiera, llegamos a la conclusión de que Leopoldo López era un preso político. Por tanto, urge su inmediata liberación. Sin condiciones, sin cortapisas”.
2016-08-01