BBC MUNDO
El grifo del lavaplatos de Deris Reyes está al revés: el tubo no sale del lado de la pared, sino del de donde uno se para.
"Era la única forma de instalarlo", explica. En la cocina de su apartamento de Misión Vivienda, el proyecto de vivienda social del gobierno bolivariano de Venezuela.
"El apartamento me lo entregaron sin terminar, y el lavaplatos que me conseguí no sirve con las tuberías de acá", cuenta entre risas sobre un detalle que para ella ilustra que la casa prácticamente la ha construido ella misma, "con las uñas".
Su casa tiene puertas, marcos de ventana y hasta inodoros distintos en marca, color y tamaño a los del apartamento de al lado.
Pero a pesar de los problemas, Reyes y sus vecinos son afortunados: a diferencia de muchos de estos complejos sociales, el suyo está en medio de un centro urbano, el sector de La Urbina, en el este de Caracas.
Deris dice estar "eternamente agradecida" por su vivienda, pero eso no impide que se refiera a cosas que para ella faltan, como espacios recreacionales.
"Las piedras es lo único que tienen con qué jugar", señala, mientras unos niños al frente del edificio corroboran su comentario.
En Misión Vivienda se unen problemas y beneficios: cientos de miles de personas han recibido la casa que nunca habrían podido comprar, pero hoy muchas de ellas se quejan de que es deficiente o insuficiente.
Mientras tanto, el déficit habitacional en Venezuela –el número de personas que no tienen una vivienda formal– sigue siendo un problema que el mismo gobierno admite.
Boom de construcción
Aunque los hay de varios colores, tamaños y materiales, los edificios de Misión Vivienda tienen algo en común: la firma del expresidente Hugo Chávez –la famosa "rabo e’ cochino"– estampada en al menos una pared de cada complejo.
Estas son, en el lenguaje de los residentes, "las casas de Chávez".
Cuando llegó a la presidencia, en 1999, Hugo Chávez puso como una de sus prioridades luchar contra la vivienda informal.
Según cifras oficiales, al menos 1.500.000 personas no tenían una habitación digna en ese momento.
Durante sus primeros años en el poder, el entonces mandatario instaló varios programas sociales para intentar atender el déficit.
"Gracias presidente"
Pero fue en 2011, después de unas fuertes lluvias que dejaron a cientos de miles de personas sin hogar, que la construcción o sustitución de viviendas se convirtió en una de las políticas más ambiciosas de su gobierno.
Tras las lluvias, la construcción creció en más del 10% durante dos años.
Eso generó una suerte de boom en el sector que permitió mantener el crecimiento de la economía, pese al golpe que significó la crisis financiera global.
Arreglos sin hacer
Hasta ahora el gobierno estima haber entregado 700 mil viviendas en total, pero en 2014 no cumplió con el objetivo de dar 400 mil: llegó a 127 mil.
"No fue un buen año", admitió al respecto el vicepresidente, Jorge Arreaza, en su rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional en febrero de 2015.
Durante los últimos dos años el sector de la construcción ha decrecido.
Y hoy el problema es más grande: el déficit habitacional es de 3 millones, de acuerdo a la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, una asociación privada que agrupa al sector de la construcción.
Este 2015 el gobierno se volvió a comprometer con 400 mil viviendas, pero se enfrenta –incluso más que años anteriores– a una dura crisis económica, que se ilustra en una inflación del 68% en 2014 según cifras oficiales, contracción del Producto Interno Bruto y escasez de varios productos, entre ellos materiales para la construcción.
El presidente, Nicolás Maduro, ha dicho que la caída del precio del crudo no afectará la inversión social.
Aunque Marelbis Mena, una de las organizadoras de la comunidad en la Misión Vivienda de La Urbina, asegura que ya ha "sentido los efectos de la recesión".
Silencio y delincuencia
Muchos venezolanos no se atreven a entrar a un complejo de Misión Vivienda porque lo señalan de violentos.
BBC Mundo siempre fue de día y con un conocido local a manera de guía. No tuvimos problemas.
Pero los reportes en los medios locales de que Misión Vivienda –sobre todo en Caracas, la ciudad más violenta de Sudamérica– está "tomado por la anarquía".
De acuerdo a esos reportes, el complejo de La Paz, cerca del centro de la capital, está tomado por cuatro bandas que tienen repartido el territorio.
Los delincuentes lo usan como punto de partida de su operación: allí estacionan motocicletas robadas y venden narcóticos, afirma la prensa de sucesos.
Ocho personas vinculadas al caso del diputado Robert Serra, quien fue asesinado en octubre de 2014 en Caracas, fueron arrestadas en ese mismo complejo.
Pero no todos son así.
En La Urbina, Mena explica que al principio "hasta asomarse por la ventana por las noches" era peligroso.
Pero después de lo que llama una "depuración de la policía", hoy el ambiente es relativamente pacífico.
2015-04-16