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Baltazar Porras: Los cambios del país no se darán de un día para otro (+Video)

Viernes, 21 de octubre de 2016 a las 08:00 pm
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Joan M. Camargo | [email protected]

El líder eclesiástico, Baltazar Porras, quien se ha caracterizado por ser un incansable luchador en la búsqueda de la paz y la democracia en Venezuela, vislumbra con esperanzas el devenir de un futuro positivo para el país. Es por ello que ante las críticas sigue firme, consciente de sus buenas acciones sociales y religiosas.

Porras asegura que las dificultades presentadas durante 2002 impulsaron su carrera y lo motivaron a intensificar la consistencia que por años le ha servido para hacerle frente a las arbitrariedades y malas decisiones del Gobierno venezolano.

Asegura que ahora como Cardenal su compromiso por un mejor país sigue intacto. De igual manera, se abocará junto a la iglesia por la continuidad de la esperanza del pueblo venezolano, con el fin de poder dirimir problemas actuales como el populismo, delincuencia y el hambre.

¿La iglesia católica venezolana, participará en el dialogo entre Gobierno y oposición?

Sí, lo haremos siempre que sea necesario. La iglesia venezolana desde hace muchos años ha buscado la mediación de los conflictos políticos en Venezuela. No hay duda que si no se conversa ni se tiene una agenda que cubra los problemas reales que tiene el país, ninguno de los dos bandos va a llegar a un acuerdo. Aquí se trata de ver cómo salvamos este barco que no es de ninguno de los dos polos sino de todos los venezolanos.

Teniendo en cuenta la postura crítica que ha mantenido la iglesia por muchos años, ¿adoptará una posición firme en el dialogo o solo fungirá como mediador?

La iglesia en el dialogo será solamente el facilitador de los actores. Es decir, no va a poner las cartas sobre la mesa sino colocar los puntos claros, los temas que se van a tratar. Es por ello que nos hemos reunido con cada una de las partes para escuchar sus puntos de vista y realizar una agenda para que cada problema sea planteado.

Los puntos que se llevarán a la mesa de diálogo los lleva directamente la presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana y la Nunciatura Apostólica.

¿Cuáles son los nuevos retos de la iglesia después de su nombramiento como Cardenal?

La iglesia venezolana se ha planteado acercarse más a la población para generar más esperanza. Es importante y necesario hacer un llamado en estos momentos tan difíciles a la unión del país, para tratar de superar problemas que tanto nos han afectado como el populismo, la delincuencia y la escasez.

También hay problemas referentes a la competencia religiosa que se tienen que abordar. El venezolano en general siempre ha tenido ansia de algo trascendental y si no sabemos alimentar eso entonces entra la santería, la magia y otras religiones ofreciendo el cielo sin esfuerzo.

¿Cómo está la iglesia en referencia a la fe y la asistencia de los feligreses al templo?

Nunca la iglesia venezolana había estado tan bien como hoy, actualmente hay un número importante de sacerdotes y movimientos católicos que hacen un buen trabajo en el país.
Por otra parte, la afluencia de los feligreses a las iglesias ha aumentado, esta semana se ha percibido la manifestación de alegría como algo propio de la gente. Esto es un indicativo que la iglesia con sus imperfecciones y sus deficiencias está cerca de la población venezolana; está en los barrios, en la frontera y en las poblaciones remotas. Hay que quitarse el sombrero ante la gente que a pesar de los problemas sigue teniendo fe.

¿Cómo percibe la iglesia la situación actual de los venezolanos?

Los venezolanos sienten un gran temor, una incertidumbre, por los constantes problemas y ataques a la ciudadanía. A esto se le suma la gran desinformación. No es sano para ninguna sociedad que un país haya tanta restricción en la libertad de expresión. Nadie puede expresarse libremente por miedo a represalias.

El país atraviesa una situación muy preocupante, en la que hemos llegado de último a sufrir problemas que nunca habíamos tenido, y que otros países ya superaron, como la violencia y la inseguridad.

¿Es la situación actual lo que incrementa el deseo de un cambio un cambio en el sistema político venezolano?

En Venezuela se percibe mucha impaciencia por parte de los dos sectores, los venezolanos quieren que las cosas se den de la noche a la mañana y eso no es así. Para poder cosechar primero hay que sembrar, y eso es un proceso que lleva tiempo.

Las cosas no se van a dar de un día para otro. Los venezolanos tenemos que ser actores y no simplemente espectadores. Aquí siempre se ha esperado que venga un mesías para que nos libere de los malos momentos. El único mesías es Jesús y él nos dice que para ganarse el cielo hay que sudarlo. Hay que trabajar y servirle al prójimo, ser ciudadano y querer nuestro país.

Hay que buscar los medios pacíficos, legales y constitucionales, que es lo que pone en evidencia lo que los venezolanos están esperando. Todos queremos vivir en paz y no con la angustia que genera la inseguridad, la violencia, la escasez de los productos básicos y todo lo que eso genera.

¿Qué tiene que hacer el venezolano para ganarse el cielo?

Tenemos que hacer que la dirigencia política de Venezuela deje de ser un papá Noel que da dádivas. Sino un representante que haga el trabajo para el que se eligió, porque el presidente no hace casas porque es bueno, sino porque es su deber hacerlo. Si ponemos a un gobernante es para que haga lo que el pueblo quiere, no que el pueblo haga lo que el gobernante quiera.

Hay que tener claro que las cosas no se consiguen con un solo paso, los pasos hay que darlos a pesar de los obstáculos que se interpongan, como los han impuesto con el referendo revocatorio.

¿Tiene conocimiento el Papa de la situación actual de Venezuela?

El Papa ha seguido con mucha atención la situación de Venezuela desde hace muchos años. Ninguno de los continentes tiene la relación entre iglesias como la que existe en América Latina, y esa unión se sigue fortaleciendo con el nombramiento de los nuevos cardenales. El envía mensajes constantes, manifestando que no nos dejemos robar la alegría ni la esperanza.

En las circunstancias en las que estamos, las decisiones que se han tomado desde el Vaticano es beneficioso para Venezuela. El Papa le dio un espaldarazo al papel que ha jugado la Conferencia Episcopal Venezolana en los últimos años.

¿Cómo están las relaciones de la iglesia venezolana con el Gobierno?

Las relaciones de la iglesia católica venezolana con el poder siempre han sido difíciles, y ha sido así por la falta de capacidad y asimilación de la crítica del Gobierno, cuando eso es un elemento formador y necesario en todos los sistemas. La iglesia simplemente recoge las realidades que vive el país y nosotros los exponemos para el conocimiento de todos los ciudadanos.

Usted ha sido víctimas de fuertes acusaciones por parte del Gobierno. ¿Cómo percibe esa actitud y que opina al respecto?

Si se meten conmigo que soy una figura eclesiástica que quedará para el pobre, con el pueblo que no tiene nadie que lo defienda, por esa razón es que se lo llevan por el medio y lo marginan.

La racionalidad es la que nos permite entendernos. Una cosa es que haya diferencias y que no se esté de acuerdo con algo, pero eso no da derecho ni a la calumnia, ni a la violencia, ni a la irracionalidad. El que actúa de esa manera se descalifica, no actúa con inteligencia, por eso no hay que hacerle mucho caso, por el contrario sus actuaciones tienen que servir para obtener lecciones.

Respecto a lo sucedido en abril de 2002. ¿Cómo se defiende ante las acusaciones impuestas?

Escribí un artículo llamado “Memorias de un Obispo”, donde describo todo lo que sucedió en esos días. No hay nadie que me haya desmentido lo que yo escribí ahí, ni siquiera el mismo Hugo Chávez. La historia la escriben los que ganan y cómo el presidente Chávez ganó no le convenía decir lo que ahí pasó.

Chávez me agradeció lo que hice por él y después dijo otra cosa. A los que me calumnian les digo que en esa fecha fui más valiente que ellos, muchos de los que ahora son grandes críticos, el 12 de abril de 2002 nos pidieron resguardo para ellos y su familia. También nos decían dónde estaban en caso de que les fuese a pasar algo la iglesia abocara por ellos.

¿Ha recibido algún tipo de felicitación por parte del Gobierno en relación a su nombramiento como Cardenal?

Del alto Gobierno y sus instituciones no he recibido ningún tipo de felicitación. Sin embargo, de los mandos medios me han llamado bastantes veces. De los mejores congratulaciones que he recibido ha sido la de la institución de los Leones del Caracas, equipo del que soy fanático.

2016-10-23