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Los banqueros del país han solicitado al Banco Central de Venezuela quintuplicar el valor del billete de mayor denominación, a consecuencia de la acelerada inflación, sin embargo la máxima entidad bancaría de se negó a lanzar billetes de 500 bolívares y solo aceptó aumentar un 89% su circulación en un año.
Venezuela estaría sufriendo la aceleración de precios más alta desde que su Banco Central empezó a monitorizar el indicador en 1951, con una inflación cercana al 108 por ciento interanual a mayo, según el cálculo promedio de nueve firmas privadas consultadas.
El Banco Central no ha divulgado cifras de inflación ni desempeño económico en lo que va del año, dificultando discusiones salariales y la planificación en empresas.
Para llenar ese vacío, empresas privadas empezaron a hacer sus propias estimaciones ponderando datos públicos como liquidez, recaudación de impuestos, créditos, pequeñas canastas de productos y el avance del mercado del dólar paralelo, donde un bolívar apenas vale 0.002 dólares.
Esos bancos de inversión como Barclays y JP Morgan y firmas de análisis locales como Ecoanalítica, Econométrica y Síntesis Financiera, entre otras, también están tomando como ciertas las filtraciones de datos oficiales hechas por opositores políticos.
Y el pronóstico tampoco es alentador: las firmas ven una inflación de entre 150 y 200 por ciento para fines del 2015.
“En Venezuela hay un riesgo serio de que se desarrolle un escenario de hiperinflación”, apuntó Francisco Rodríguez, analista de Bank of América que, en mayo, estimó una inflación del 108 por ciento considerando 33 variables estadísticas.
Aunque Venezuela está lejos de escenarios de hiperinflación como los que vivieron Argentina y Perú en la década de 1980, los economistas recalcan que el país -que entró en recesión el año pasado y podría seguir en rojo en este- luce atrapado en un círculo vicioso de déficit y gasto que podría costarle caro.
Para hacer importaciones vitales y cumplir con compromisos de deuda, Caracas está emitiendo dinero con el que intenta cubrir su creciente hueco fiscal, calculado en 13.000 millones de dólares para el resto del año ante la baja de ingresos por la caída de los precios del crudo, su mayor fuente de ingresos.
Según los analistas, la emisión de dinero y la escasez crónica de bienes prioritarios están impulsando la inflación.
El presidente Nicolás Maduro, en cambio, argumenta que los responsables del alza de precios son la burguesía y los revendedores informales, a quienes acusa de especular con los productos básicos escasos.
“Tienen secuestrada a la economía”, dijo Maduro en un desfile militar en el que prometió luchar contra ellos.
Información: Corina Pons y Eyanir Chinea