Erick S. González caldea | [email protected]
Las Bodegas Patriotas, creadas por el presidente Nicolás Maduro en octubre del 2015, aún siguen funcionando pero en horarios reducidos.
La mayoría de estos negocios solo abren los días sábado por la poca cantidad de rubros que obtienen en la semana, razón por la que muchos habitantes denunciaron la falta de esos abastos en la ciudad.
Berenice Zapata, integrante del frente Bodegas Patriotas, manifestó su descontento con la poca distribución que hace la franquicia Makro, la cual debería de surtir en mayores cantidades los productos para que los bodegueros provean a los habitantes de su sector.
Detalló que de 1.023 bodegas solo 320 son las que compran los productos en la sucursal ubicada en La Yaguara. "La franquicia no facilita las mercancías regularmente, los vendedores tienen que venir de lunes a viernes solo para conseguir uno que otro producto", aseguró.
Aseguraron los vendedores que aquellos que abren sus puertas los días sábados lo hacen para poder vender en combo, que en muchas ocasiones no llegan a 50 los productos que consiguen en la sucursal, a precios no regulados (dependiendo del alimento).
Inversión
Los bodegueros revelaron al equipo del Diario 2001 que la inversión monetaria proviene de sus propios recursos económicos. Coincidieron que más de 700 mil bolívares se llegan a gastar para acondicionar las bodegas.
"La mayoría de los productos que compramos no son regulados", manifestó José Mejías, dueño de una bodega ubicada en Macarao, sector Kennedy. Destacó que el gasto tanto para adquirir los productos como para trasladarlos es excesivo.
Más de 4 mil bolívares es el presupuesto estipulado por los vendedores para llevar los alimentos hasta las zonas donde los comercializan. Concordaron en que los gastos de traslados tampoco lo cubren las gobernaciones oficialistas.
Señalaron que los agentes encargados de las bodegas coordinaron un proyecto para que la Alcaldía de Caracas cubriera los gastos de traslado, además que piden que inviertan financieramente en las bodegas.
Las sucursales solo venden a aquellos afiliados y exclusivamente a las Bodegas Patriotas, los problemas entre los vendedores denominados "comunes" y los "apadrinados" por el gobierno continúan.
Venta de números y peleas físicas o verbales son cada día más frecuentes en las instalaciones de Makro.
María Suárez, vendedora común, relató que más de una vez, efectivos de la GNB o trabajadores del establecimiento le han ofrecido el ticket de entrada en Bs 1.500, a los que ella calificó de abuso. Sostuvo que las ventajas que tienen las denominadas Bodegas Patriotas solo son una cortina para el bachaqueo.