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Caracas: la ciudad que muere de sed

Martes, 08 de octubre de 2019 a las 08:00 pm
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Redacción 2001 | Zulay Camacaro

Los botes de aguas blancas y racionamiento irregular mantienen a la población citadina en zozobra y buscando alternativas para surtirse del vital líquido. Alegan que las autoridades hacen caso omiso de reclamos y no reparan los derrames.

Algunos han optado por recoger el agua de tomas o pozos que bajan de El Ávila o de hidrantes habilitados informalmente por vecinos de la zona.

El derrame de aguas blancas en las calles de la urbanización Santa Mónica se ha hecho una constante, mientras los vecinos protestan con frecuencia sin obtener respuesta de las autoridades competentes.

Elías Méndez es vendedor de comidas rápidas en el sector y manifestó su enfado por las aguas blancas que fluyen por la calle de la avenida principal desde hace días.

Afirmó que aunque el derrame fue denunciado por la Junta Vecinal ante Hidrocapital, no les han dado respuesta. Calificó el despilfarro del agua como “una injusticia cuando muchos venezolanos no tienen acceso al servicio público del agua. Tanto que necesitamos usar este líquido y de esta forma se pierden litros en vano. Las autoridades competentes deben tomar cartas en el asunto cuanto antes”.

Mariana Vivas es vecina del sector y aseveró que “durante todo el año protestamos para exigir mejoras en todos los servicios, sin embargo, desde hace dos meses no lo hacemos porque los funcionarios policiales nos reprimen”.

En otro lado de la ciudad, vecinos de Casalta 1 manifestaron que existe un bote de aguas blancas en la calle desde hace más de ocho meses y no lo han reparado.

Habitantes del sector indicaron que llamaron a Hidrocapital, “hace cuatro meses vinieron y no hicieron nada”, señaló Gregorio Puerta.

Comentó que el bote de agua corresponde a un tubo roto, que surte de agua a un edificio de Casalta 1, que consta de cuatro letras y cada letra de ocho apartamentos para un total de 32 viviendas afectadas.

Añadió que “el agua nos llega a partir del miércoles de acuerdo al racionamiento establecido y desde que llega se comienza a botar hasta el domingo en la mañana. Desde que llega puede verse el derrame de agua, abundante”.

Por San Martín los habitantes se abastecen de agua tomándola de un hidrante en la calle.

Aura Heredia vive cerca de ahí y dijo que “vamos para cinco años que no nos llega el agua, vivo a una cuadra”. A Hidrocapital no acuden a responder el reclamo. “Para qué vamos a denunciar si el Gobierno sabe que no nos llega el agua. Que arreglen el agua para que le llegue a la gente”.

Macario González vive en San Martín e indicó que antes que abrieran el hidrante hace un año, no había agua por el sector.

“Viene  gente de Antímano y otros sectores en carro a buscar agua. Por aquí el agua la ponen cada 15 días, antes era cada mes”.

Comentó que “Maduro pasó por aquí, vio lo del hidrante y luego la Alcaldía mandó una comisión de la policía para que cerraran esto, eso fue hace tres semanas. Del Consejo Comunal fueron a hablar y llegaron a un acuerdo para que agarráramos agua con orden. Ir a Hidrocapital es perder el tiempo porque no escuchan”.

Desde hace 10 años los vecinos de Terrazas de Guaicoco padecen la falta de agua y deben comprar cisternas porque el servicio no llega con regularidad. Una cisterna de 10 mil litros cuesta $50.

Por la Cota Mil una serie de “chorritos” de agua que provienen de pozos o del mismo cerro El Ávila proveen de agua a  ciudadanos que van de distintos puntos de la ciudad  a abastecerse.

Humberto Chacon vive en un edificio en El Paraíso y comentó que “tenemos 15 días que no llega el agua por eso venimos  a este chorrito a tomar agüita. No hay control de días de racionamiento, no sabemos si es por algo dañado o castigo de la Revolución”.

“Tengo como 30 años llevando agua de aquí para tomar y ahora más porque no hay agua. Aquí podemos agarrar agua limpia. La semana pasada vine cuatro veces. Esta agua es buena”, agregó.

Añadió que “la semana pasada los vecinos protestaron a la altura de El Paraíso Plaza, pero poca gente porque tienen  miedo y no trancaron la calle”.

José Palacios se encontraba en el sector cargando agua de uno de los chorritos  y dijo que “vivimos en La Castellana y venimos aquí a agarrar agua cada dos semanas”.

Precisó que no lo hacen por la escasez sino para llevar a casa agua para beber. “De este punto no porque viene de un pozo, de más atrás si porque viene de El Ávila”.

Autogestión. Zoraida Vegas indicó que vive en Boleita Norte y “en algunas partes hay botes de agua blanca. Donde vivo había un bote de agua , en la avenida Sanatorio del Ávila  con callejón Vargas  pero un vecino portugués lo arregló de sus recursos, eso fue hace dos semanas. Según, los vecinos pusieron la denuncia pero nadie les paró y el señor lo arregló. Vengo aquí a surtirme de agua para tomar, uno la hierve , es pura y limpia. Los botellones están muy caros , la última vez fueron Bs 50 mil. Cada tres semanas llevo cuatros botellones. En mi sector la semana pasada no hubo agua”.

2019-10-09

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