Nayzai Saavedra | [email protected]
Al buscar en internet las palabras claves “matrimonio” y “Venezuela” llama la atención que la principal opción que te da el buscador es “requisitos para casarse en Venezuela con un extranjero”. Esta práctica se ha convertido en una opción que ahorra muchos dolores de cabeza a las personas que migran del país.
Puede que a simple vista no se esté viendo un aumento diario de trámites de matrimonio, como sí lo es en el caso de las solicitudes, pero más allá del amor y de querer conformar una pareja bajo los estatutos legales, también está la motivación de tomar este paso para salir de Venezuela con la oportunidad de tener una nacionalidad extra o de ahorrarse este papeleo en tierra extranjera.
No se está hablando de matrimonios “arreglados” por interés, sino de parejas que se apresuran en formar lazos legales, sobre todo si esto puede representar un apoyo para el otro una vez que estén fuera de su país.
Lo que se ve
En un recorrido realizado por el equipo del Diario 2001 se evidenció que la mayoría que los que están casándose por la parte civil están en trámites de mudarse fuera del país o tienen planes de hacerlo en un futuro no muy lejano.
También hay quienes aprovechan la figura del artículo 70 para ahorrarse parte del trámite regular y llevar a cabo la ceremonia civil con más rapidez.
En el registro civil de Baruta se está viendo un aproximado de cuatro uniones civiles diarias -de martes a viernes- con un promedio de aumento de dos más para los viernes.
En esta instancia han visto un aumento considerable, alrededor del 50% desde 2016.
“Si hemos escuchado que muchos de los que vienen a casarse lo hacen porque se van del país”, indicó la abogada Naileth Castro mencionando que ha oído de personas con nacionalidad colombiana, portuguesa y española que se casaban teniendo en mente darle la facilidad a su pareja.
Informó que la mayoría se casa por el artículo 66 del código civil, aunque también tienen casos de procedimientos por el artículo 70. Luego de consignar todos los recaudos, contando la fijación de los carteles, el tiempo de espera es de tan solo 15 días.
Informó que también se ha visto un aumento en la mayoría de los actos civiles, incluso renuncias de nacionalidad por parte de aquellos que tienen dos.
En Chacao, en el registro civil ubicado en Los Palos Grandes, Karlys Suárez, analista en el área de matrimonio, compartió que entre miércoles y viernes se pueden llegar a casar hasta siete parejas por día, el pasado viernes tenían agendadas cuatro.
Confirmó la teoría de que muchos, sobre todo las parejas jóvenes se están casando como un paso previo a migrar del país. Estima que han tenido un aumento en este trámite de más de 50% desde 2016.
También indicó que entre muchas de las parejas había un miembro que cuenta con doble nacionalidad, destacando la colombiana y la peruana.
Desde la jefatura de San Juan, en San Martín, cada jueves se casan entre una y siete parejas. No han visto un aumento en la petición de este trámite y la mayoría ha firmado sus votos por medio de la modalidad habitual (artículo 66).
La situación fue similar en la jefatura de El Paraíso en dónde se casa un promedio de 8 parejas por semana (jueves y viernes), no han visto un cambio en el flujo en el último año y tampoco han tenido solicitudes de matrimonios por el artículo 70.
En los registros civiles la mayoría de los que estaban tramitando el matrimonio tenían entre 21 y 30 años, un 70% de los mismos se encuentran arreglando papeles y un 50% ya tiene destinos decididos. Uno de los países a los que más se repite el patrón de migración es Colombia.
El abogado Ramón Alfredo Aguilar explicó que el matrimonio puede ser beneficioso en casos contados como el de tener una pareja con otra nacionalidad, o en el caso de pedir asilo, pues esto se extiende a la familia, al igual de si se obtiene una visa de trabajo. Otro punto favorable de casarse en Venezuela es que resulta más económico y menos engorroso que hacerlo en otro país.
Con respecto a los que se casan con ciudadanos con otras nacionalidades (o doble nacionalidad) manifestó que dependiendo del país este beneficio se puede obtener de forma inmediata, mientras que en otros puede tardar un poco más, además de requerir cumplir ciertas condiciones.
De más a menos
El sociólogo Amalio Belmonte indicó que se está perdiendo la simbología alrededor del matrimonio, las ceremonias eclesiásticas los procesos normales en los que la gente vivía las experiencias.
“Esto es otra más de las muestras de la tragedia que vivimos en Venezuela, donde este tipo de trámites son parte de la picaresca de la gente tratando de sobrevivir”, indicó Belmonte agregando que hay casos en los que hay una transacción económica de por medio, lo que es una clara señal de un país que se viene abajo.
“La gente está escapando, busca formas de facilitar ese camino”, consideró el especialista.
Belmonte aclaró que hay muchos que se casan porque están enamorados y que una forma de mostrar ese afecto es darle protección a su pareja extendiéndole su nacionalidad para que la vida en otro país sea más cómoda.
Irse en unión puede ser bueno y malo
Aquellos que se van del país sin tener una permanencia a largo plazo legal no es tan recomendable irse como un matrimonio, ya que sucede que el vínculo puede ser fácilmente rastreado. Es decir, si uno de los conyugues es confrontado por las autoridades de inmigración de un país y se descubre que esta persona está casada, también se revisa si la pareja se encuentra en el país y ambos pueden ser deportados de vuelta a Venezuela, con futuras limitaciones o sanciones dependiendo del país.
Sin embargo, por lo legal, hay países en los que los matrimonios son apreciados, sobre todo si tienen planes de formar una familia en ese país. En Canadá se ve con buenos ojos porque tienen una población mayor y buscan rejuvenecer su ciudadanía. También está la ciudad Ponga (España), pueblo asturiano de menos de 1 mil habitantes. En 2016 se anunció que estaban pagando US$3 mil 300 a cada pareja que se traslade a vivir allí, y otros US$3 mil 300 si tienen un hijo.
Partir en pareja requiere consenso
Emigrar supone salir de la zona de confort, puede implicar muchos conflictos internos. Cuando se decide partir en pareja hay que conocer bien los temores y aspiraciones del cónyuge, recordemos que hay un dicho que dice “cada cabeza es un mundo” y si esto no se toma en cuenta puede traer conflictos a futuro.
De hecho, muchos deciden lanzarse al matrimonio como una forma de tener un lazo estable al momento de empezar en un nuevo país, pero en realidad a muchos les aterra la idea de que esa nueva convivencia pueda afectar la relación. La comunicación, paciencia y sinceridad con el cónyuge es fundamental para fortalecer el vínculo que los une.
Por lo general, en toda pareja, uno de los miembros suele ser más ecuánime mientras que el otro tiene un carácter más explosivo. Es importante que trabajen como equipo y que ambos aprendan a entender que cada uno asumirá este cambio de forma distinta.
Hay que tomar en cuenta que ahora van a pasar más tiempo juntos ya que no se tiene un círculo de amistades establecido. Pero, esto puede fortalecer el vínculo que los une, se pueden llevar a cabo actividades al aire libre o ver algún programa de televisión.
Es necesario conversar con la pareja para hacer una división de los gastos que sea justa. Esto debe dejarse claro antes y no durante el proceso de migración ya que lo ideal es que la relación se vea afectada por temas monetarios.
2018-02-25