Alejandra E. Rodríguez R
El próximo 10 de enero el presidente Nicolás Maduro tomará posesión del segundo periodo presidencial correspondiente al 2019-2025, tras haber sido reelecto en mayo de 2018, en unas elecciones que no han sido reconocidas por buena parte de la comunidad internacional, y por tanto no admitirán el nuevo ciclo presidencial.
Así lo expresó Iván Duque, desde la presidencia de Colombia donde exhortó a los miembros del Grupo de Lima, coalición crítica al gobierno venezolano, integrado por Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía a retirar a sus embajadores y desconocer a el gobierno.
Ante esto, el canciller Jorge Arreaza aseveró que “todos los países que desconozcan la reelección de Nicolás Maduro el próximo jueves 10 de enero, retiren a sus embajadores del país”. Además, destacó que todos aquellos que decidan retirar a sus ejecutivos internacionales “se llevan desde el embajador hasta el último funcionario consular”.
Sadio Garavini, internacionalista, consideró esta coyuntura como una situación delicada que inducirá a la revaluación: “esta advertencia hace que muchos de los países inclinados a la ruptura reconsideren la posibilidad debido a las complicaciones en las relaciones comerciales y por el compromiso que sostienen con todos sus ciudadanos radicados en el país en caso de retirar a los ejecutivos consulares, seria algo perjudicial que complicaría la situación migratoria aun mas, en cuanto a tramites de visado, legalización de documentos, establecer y renovar pasaportes y otros documentos oficiales. ” manifestó.
El panorama de la ruptura de los vínculos inclinaría a Venezuela como territorio aislado que a juicio de Garavini afectaría directamente a la población. “La presión internacional incidirá en la población del mismo modo en que serán suspendidas las relaciones de cada país pues los al no haber consulados ya no podrán velar por sus cuidadanos en especial sobre la legitimidad de procedimientos judiciales ” aseguró .
Por su parte el politólogo y diplomático Milos Alcalay expresó como los efectos de la decisión de la comunidad internacional afectará a la ciudadanía en cuanto a la responsabilidad gubernamental de los consulados con sus ciudadanos, siendo un obstáculo para la realización de permisos de entrada y salida migratoria .
Para el analista internacional Garavini, esta determinación romperá techos comerciales creando problemas financieros generando consecuencias indefinidas como resultado de la desvinculación de las raíces extranjeras políticas y financieras en sus diferentes escalas : “ya se ha iniciado una reducción a nivel de los nexos diplomáticos en la cual América latina ya a comenzado a retirar a sus representantes internacionales de territorio venezolano esto no ubica al 2019 como un año conveniente, tanto en el ámbito interno como el externo” afirmó
El quiebre de las relaciones a su juicio no debería ser drástico, “podría establecerse una ruptura diplomática, que incluiría la suspensión de lazos políticos, pero no consulares que afectes el amparo de ciudadanos” aseguró.
Oposición dividida Para Garavini, figuran dos porciones de la oposición “una hace una llamado a un aumento de la presión internacional sin quebrantar los lazos consulares, pues sin los ejecutivos internacionales es difícil que se conozca lo que realmente ocurre en Venezuela en cuanto a la violación de derechos humanos”, mientras una minoría radical afirma que es mas conveniente romper toda clase de relación internacional que evidencie el rechazo internacional y no exista un reconocimiento legítimo del gobierno.
“Ambas posturas tiene cierta base pero lo más probable es la primera, pues la presencia de los representantes extranjeros frena una posible violación masiva de los derechos humanos” aseveró.
2018-12-26
Para mantenerte informado sigue nuestro canal en Telegram https://t.me/Diario2001Online