Nota de Prensa
Pedro Urrieta, presidente del partido socialcristiano Copei aseguró que luego del juicio y condena a casi 14 años de prisión al dirigente Leopoldo López, “es urgente e ineludible la implementación de una política de reconciliación nacional compartida por todos, que dé lugar no solo a una Ley de amnistía, sino además a acciones complementarias que reviertan eficazmente el clima de enfrentamiento y desunión que se ha venido construyendo muy antinacionalmente entre los venezolanos”.
Explicó que el caso de López se suma a un sinnúmero de hechos que, “colocan al país en tela de juicio en materia de derechos humanos”, mientras que por otra parte, a juicio de Urrieta, “el Gobierno de Maduro sólo se preocupa en gastar enormes sumas de dinero en el exterior para desvirtuar ante la comunidad mundial las denuncias que en torno a este tema han formulado muchos venezolanos en los últimos 16 años”.
“En el caso de López, existen tres elementos que, en nuestra opinión, definen la naturaleza de lo acontecido: Leopoldo es un dirigente político; los hechos por los que se le ha enjuiciado tuvieron un origen político; la tramitación de su caso ha estado signada por la similitud en cuanto a cuestionamientos acerca de la objetividad e imparcialidad de la investigación, tal como ocurrió, entre otros sonados casos, en ocasión de las muertes el 11 de abril de 2002.”, argumentó.
El dirigente socialcristiano destacó que es “insostenible” imputarle a Leopoldo López la responsabilidad por todos los hechos de violencia ocurridos a partir de la convocatoria para la marcha realizada el 12 de febrero de 2014. “La sentencia contra Leopoldo López es un episodio más de la política de confrontación del gobierno de Nicolás Maduro que tanto daño le han hecho a Venezuela y a los venezolanos”.
Exhortó al Gobierno nacional a asumir su papel frente a la historia al tener la primera responsabilidad de crear un clima que erradique la violencia. “Hugo Chávez, responsable en 1992 de un intento de golpe de estado que trajo como consecuencia muchas vidas pérdidas, fue objeto de una medida de gracia que paralizo el juicio y lo dejó en libertad. En este momento esas medidas se justifican mucho más a favor de Leopoldo López”.
Hizo un llamado a testimoniar frente al caso de López una, “solidaridad auténtica, que vaya más allá de la pose y el retrato conveniente y circunstancial. Hacemos nuestras las palabras del Papa Francisco en cuanto a que tenemos que superar la indignación elegante, ya que, en casos como el de López, Simonovis, Franklin Brito, los estudiantes detenidos por las protestas del año pasado, los procesados del 11 de abril, y todos los que han caído en los diferentes escenarios de confrontación de los últimos años, no solo existen elementos para la diatriba política, sino que existe el deber moral de ser solidarios con el dolor de las familias afectadas”.
“En estos momentos de agitación y desasosiego que vive el país, es imprescindible mantener la confianza plena en que los venezolanos tenemos la capacidad y el sentido común para entendernos, para dejar atrás la violencia y la vulneración del estado de derecho como prácticas políticas y antidemocráticas. Estamos obligados a exigirle a los que gobiernan, y a todos los actores políticos y sociales, el fomentar un ambiente de entendimiento suficiente para derrotar la crisis social y política que padecemos todos los venezolanos”, concluyó.
2015-09-13