Sabado 14 de Diciembre - 2024
VENEZUELA
Escoge tu edición de 2001online.com favorita
Venezuela
América

Distribución de alimentos es un misterio

Domingo, 19 de abril de 2015 a las 07:30 pm
Suscríbete a nuestros canales

Zandy Aliendres/ [email protected]

Los supermercados del Estado y los pertenecientes a la empresa privada tienen varias cosas en común, además de proveer alimentos por número de cédula.

En estos establecimientos los camiones que proveen rubros de la cesta básica llegan sin previo aviso, los trabajadores no conocen su contenido y las cantidades no siempre son las solicitadas.
El cliente que logra comprar, muchas veces lo hace porque pasó por casualidad o porque está en una constante “cacería” de alimentos o productos de limpieza.

A Central Madeirense, red de automercados con más de 70 tiendas en todo el país, no les es posible abastecer a todos los negocios en las mismas cantidades, por lo que el surtido se hace por selección.

“Nos hemos enterado por ejemplo que allá (en otros establecimientos) llega leche o azúcar y aquí no. Puede que llegue aquí y allá no”, comenta un auxiliar de tienda de la sucursal de San Martín.
“Viene gente del mismo sector y gente de otros que, como no hay en sus zonas, tienen que buscar el producto donde lo consigan. Aquí viene gente de Catia, del centro, incluso hasta del este de la ciudad”, añade.

Explica que cuando llegan los camiones, los gerentes deben evaluar las cantidades y, en base a lo que tienen, fijan cuánto se venderá por cliente, esto pues no es atípico que se reciba menos de lo pedido.

En el abasto Bicentenario la realidad no es muy distinta. A diferencia de los comercios privados donde se pueden comprar algunos productos sin importar el terminal del número de cédula, en el establecimiento estatal la entrada no es muy flexible. En el de San Bernardino, por ejemplo, se pide la cédula de identidad laminada para poder ingresar al recinto, así el cliente no se disponga a comprar alimentos indispensables.
¿Qué trae el camión de provisiones? ¿A qué hora llega? ¿Viene todos los días? ¿Cuánto trae? Son preguntas imposibles de responder para los empleados encargados de llenar los anaqueles, quienes afirman que esa información no la maneja ni el conductor del vehículo.

En la cadena de practimercados Día Día se garantiza abastecimiento diario, pero no hay certeza de lo que llegará ni las cantidades. Allí el número de productos por comprador ya está previamente establecido por la nueva gerencia. A personas de la tercera edad no se le venden pañales para bebés.
Una funcionaria del Gobierno, que vigila la entrada de la tienda cercana a la estación del metro Maternidad, explica que un día puede llegar alimentos, pero otro productos de higiene personal.
No es raro ver cómo los consumidores que van a este local se trasladan rápidamente al que está ubicado en Artigas, si alguien les avisa que allí llegó lo que necesitan.
Una realidad similar se vive en los Unicasa.

“No hay hora fija, tampoco producto fijos”, explica Ángel Bolívar, subgerente de la sede de San Martín.

¿Cómo hacen los automercados para vender con esta dinámica? Bolívar explica que intentan rendir la mercancía para que los clientes del día siguiente puedan llevarse algo, pero aclara que esto no siempre.

2015-04-20