Redacción 2001
Contra todo pronóstico del Gobierno nacional, el codiciado billete verde explora nuevos techos de cotización, al superar los 200 mil bolívares por unidad.
El nuevo ascenso de Mr. Dollar ocurre en medio del cacaraqueo oficial de la emisión del petro, como la nueva panacea que bajará al signo monetario del mercado paralelo de su cielo particular.
Las alzas diarias y significativas del dólar parecen no sorprender a los economistas, analistas financieros y demás expertos que de manera recurrente advierten del fracaso de un modelo económico y un sistema cambiario, que no se corresponde con la realidad.
Del otro lado, el venezolano de a pie, aunque sin experticia en esos menesteres sabe que cada vez que el dólar se distancia del bolívar, tendrá que pagar más caro por casi todo, hasta por las cajitas del Clap.
Reflexiones. La subida del precio del “innombrable” como también se le conoce desató un sin fin de reflexiones por las redes sociales, solo que a falta de espacio, los límites obligaron a unos cuantos usuarios a recordar, tanto como lamentar que de no haberse eliminado los tres ceros a la derecha del signo monetario venezolano en 2007 durante el Gobierno de Hugo Chávez, hoy un dólar costaría 200.000.000.
Siglas a montón. La creatividad oficial ha sido enorme para fomentar organismos y métodos de selección de adjudicatarios de divisas.
En 1983 se abrió el torrente con el Sistema de Régimen de Cambios Diferenciales, de más ingrato recuerdo por sus siglas: Recadi.
En 2003 se instaura el control de cambio en Venezuela, a una tasa de 1.600 bolívares por dólar y se crea la Comisión de Administración de Divisas CADIVI.
De allí el glosario cambiario ha dado para cualquier iniciativa oficial en el asunto: El Cambio oficial, Cencoex, Simadi (el viajero) , Sicad, (el permuta) Dipro (el protegido) , Dicom (el complementario), el dólar viajero, el dólar electrónico, entre los que más se recuerdan.
La complicada ensalada de nombres sin embargo, no ha saciado las expectativas de quienes desean un mercado cambiario sano, diáfano, no sujeto a corruptelas.
Una raya más para el tigre
El nuevo techo alcanzado por la divisa estadounidense en el mercado negro se vive con extrema preocupación en el sector empresarial excluído de los beneficios del dólar protegido que asigna el Gobierno.
La intranquilidad es ahora mucho mayor por la orden de la Sundde de obligarlos a restablecer los precios de diciembre de 2017 en sus anaqueles.
En busca de sobrevivencia, muchas empresas e industrias han recurrido al mercado paralelo, a buscar dólares para continuar con sus actividades y no bajar la santa María.
El encarecimiento de la divisa estadounidense, que se monitorea inclusive por horas, significa entonces más que una proeza empresarial para reponer los escasos inventarios que queden tras el restablecimiento de los “precios justos”.
Igual consideración existe en el resto de la economía nacional, anclada al dólar, a un contexto de inestabilidad política y uas proyecciones aun más negativas para el resto del año.
2018-01-18