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El Club de amigos en la OEA ayuda, pero el rollo está en Venezuela

Sabado, 02 de julio de 2016 a las 08:00 pm
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Redacción 2001| Anyela Torres |[email protected]


Bien podría darse por sentado que todos los países asociados a la Organización de Estados Americanos (OEA) son amigos, que su filiación a la institución revela un interés común por ejercer un peso específico en la comunidad internacional, desarrollar negocios, establecer acuerdos y todos esos factores que le competen.

Partiendo de ello, la instancia internacional ha adoptado como recurso para restablecer la paz y el diálogo en las naciones, la creación de un "grupo de amigos" que hacen las veces de mediadores entre las partes que se encuentran en conflicto en una nación.

Tras la última sesión extraordinaria de la OEA, en la que Venezuela fue el tema principal, muchos países, e incluso el secretario general, Luis Almagro, hicieron el planteamiento para la creación de un grupo de países amigos que ayude a limar asperezas en la política venezolana.

Antecedentes

Pero ésta no es la primera vez que en momentos de dificultades la OEA ha querido utilizar esta figura en Venezuela.

El internacionalista, Milos Alcalay, relata que a Venezuela le hicieron la misma propuesta entre el 2002 y 2003, a raíz de las múltiples tensiones políticas que atravesaba el país.

Para ese entonces, el que promovió la idea fue el expresidente de Brasil, Lula da Silva. Y una vez que fue aprobado se escogieron representantes que tenían credibilidad para ambas partes.

"Incluso Chávez le dijo a Da Silva que quería que sacaran a unos cuantos de esa lista porque no eran amigos de Venezuela, pero el exmandatario le respondió que no se trataba del grupo de amigos de Chávez, sino del grupo de amigos del Estado venezolano", explicó.

El internacionalista comenta que dicho grupo no logró alcanzar los objetivos planteados, sin embargo, asegura que jugó un papel importante dentro de la historia democrática de América.

En otra oportunidad, señala Alcalay, esta figura amistosa, impulsada por Venezuela, México, Colombia, y Panamá, sí pudo incentivar la paz en los países de Centroamérica que se encontraban en medio de un conflicto armado en los años 80.

¿Venezuela lo amerita? El especialista señala que en vista de la situación que atraviesa el país es necesario darle una oportunidad a "los buenos oficios" para poder encontrar caminos pacíficos de la medida. "Si no se encuentra un camino de solución lo que vendría sería una explosión social, múltiples Caracazos, una guerra civil, los peores escenarios podrían darse", asevera.

No obstante, advierte que la creación de una agrupación no garantiza el éxito, ya que sólo las partes en conflicto pueden determinar una solución.

"El grupo de amigos no va a sacarle a los venezolanos las castañas del fuego. Son los venezolanos los que tienen que buscar un mecanismo que dé garantías de una salida democrática, pacífica, y constitucional; el grupo sólo ayudará a que ese diálogo no se convierta en una guerra civil", aclara el exembajador.

Concluye, además, que las diferentes partes de la política venezolana deben aceptar este recurso, puesto que la prevención del conflicto merece toda clase de esfuerzos.

El Gobierno debe ceder

Para que una operación como esta tenga el éxito necesario, el Estado debe bajar la guardia y proyectar una actitud más flexible.

El experto considera que el Gobierno deberá aceptar a este grupo de amigos "tenga los integrantes que tenga", no debe oponerse a que el referendo revocatorio se lleve a cabo bajo supervisión internacional, y además debe acceder a las propuestas que le sugiera el grupo de amigos.

En caso de que el gabinete bolivariano se opusiese, el internacionalista afirma que el plan representaría un total fracaso ya que ese grupo, "no puede hacer magia". Y además, quedará mucho más aislado de la comunidad internacional.

"Si eso ocurre quedaría muy claro que este Gobierno sólo quiere dominar el país, no quiere cambio ni mediación, y no quiere respetar ninguna ley, de modo que tiene que aceptar los términos que se le propongan y las reglas del juego que en cualquier país del mundo se establecen", opina el especialista.

El papel de la MUD

En caso de que la OEA aprobara la conformación del grupo, Alcalay aconseja a la oposición que presente al Gobierno una lista de 30 exjefes de Estados de la Unasur, para que escoja 3 o más, ya que el grupo no sólo debe estar conformado por personajes que tengan afinidad con el Gobierno nacional, sino también credibilidad para la oposición venezolana.

"La presencia de cualquiera de estos 30 sería positivo para la MUD", asegura.

Entre los exmandatarios que sugiere están: Pastrana, Uribe, Belisario Betancourt, Ricardo Lagos, Eduardo Freitez, Sanguinetti, Oswaldo Hurtado, Herique Cardoso, entre otros.

"Deben elegirse personajes cuya credibilidad y compromiso con la democracia de Venezuela sea irrefutable", propone el internacionalista.

Por otra parte, también explica que las relaciones internacionales que mantenga la oposición con los gobiernos de América es un aspecto importantísimo, y de él dependerá si gana o pierde el apoyo de estas naciones.

Añade que deben solicitar que las reuniones no sean secretas, ni en República Dominicana unilateralmente y tener conocimiento de la agenda de este encuentro.

Mitos del Estado. Tras los resultados de votación que arrojó la última asamblea general de la OEA, muchas figuras del Gobierno aseguraban que habían obtenido la victoria. No obstante, Milos Alcalay aclara que fue todo lo contrario.

"La carta no ha dejado de aplicarse, ya el secretario presentó el informe que retrataba la realidad del país, y el Gobierno intentó por todos los medios que este tema no se discutiera, pero no le resultó, así que no pueden decir que la carta fue desactivada, porque no se trataba de algo concreto", aseveró.

El dato

20 de junio. En esta fecha, Argentina propuso que la OEA conforme un grupo de amigos del Concejo Permanente para que acompañen y proporcionen respaldo al ejercicio del diálogo en Venezuela.

2016-07-03