Anyela Torres
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Ya para nadie es un secreto que la industria venezolana de construcción está paralizada. Los expertos en la materia subrayan que desde hace seis años, cuando el gobierno de Chávez concibió la "gran idea" de expropiar terrenos, y pasar por encima de las garantías jurídicas, el sector prefirió postergar sus actividades, por temor a empeñar sus esfuerzos a pérdida.
A partir de ello, el panorama económico nacional también se tornó en su contra. La inflación incrementada de la mano con la ausencia de producción de materiales y afines para la construcción, dejaron como resultado un alto porcentaje de desempleados, la compra de materia prima con sobreprecios abruptos, y un país con infraestructuras a medias.
Pero pese a estas complicaciones, ¿se ha estancado del todo el sector construcción? Lo cierto es que la mayor parte de su operatividad sí, sin embargo, apartando la elaboración de las obras públicas que ejecuta el gobierno, la industria todavía tiene la oportunidad de lanzarse una que otra "canita verde" al aire.
Octavio Campos, secretario general de reclamo de Fetraconstrucción, y presidente del Movimiento de Integración Socialista Unido de Trabajadores de la Industria de la Construcción del Distrito Capital, Vargas, y Miranda (Misutic), explica que en la actualidad lo que más se elaboran son viviendas lujosas, y estas se comercializan en dólares.
"Las obras que se están ejecutando ahorita son apartamentos de lujo. Un metro cuadrado de ellos se vende entre 10 mil y 15 mil dólares. No es una exageración, es la realidad", comenta la fuente.
Respecto a ello, Alfredo Cilento, arquitecto e investigador del Instituto de Desa-rrollo Experimental de la Construcción, señala que este tipo de negocio sólo es accesible para personas que tengan a la mano grandes cantidades de dólares, por lo que apunta que: "los únicos que manejan esos ingresos son los altos funcionarios corruptos, los que lavan dólares por el narcotráfico, o personas con ingresos muy altos".
"Los enchufados están lavando su fortuna mal habida comprando terrenos y construyendo casas, apartamentos o centros comerciales. Además también se van por los caminos verdes y consiguen gandolas con cemento y cabillas", sentenció Octavio Campos.
Sobreprecio
Para el sector, hallar los materiales ya no sólo representa un calvario, pues ahora también debe medirse ante el hecho de que lo poco que consiguen lo debe adquirir con sobreprecio.
"Hoy día un saco de cemento tiene un costo de Bs. 7.000; el metro cuadrado de arena y piedra no baja se los Bs. 12.000, y la unidad de cabillas se ubica entre Bs. 6.000 y 8.000, dependiendo del tipo".
Añade que los repuestos para las maquinarias deben adquirirlos en dólares.
Como la guayabera. Para nadie es un secreto que la Gran Misión Vivienda Venezuela, en cierta forma, ha estimulado la construcción nacional, sin embargo, al mismo tiempo excluyó de su menú a la empresa privada, ya que buena parte de los beneficios devengados de estas construcciones, fueron compartidos con mano de obra extranjera, y a su vez dejaron por fuera a los empresarios privados para privilegiar a los grandes consorcios de otros países.
"El Gobierno prefirió pagarle 60 mil dólares a las compañías extranjeras, en vez de darle 15 mil dólares a las compañías venezolanas. Se los dieron a ellos porque no incendiaron el sistema constructor del país", argumentó Campos.
Burocracia selectiva
Emprender uno de estos proyectos también implica un sinfín de trámites para obtener el permiso adecuado; circunstancia que en cierta parte retrasa sus actividades.
El secretario de reclamo de Fetraconstrucción, indica que "hay una tremenda red de burocracia que hace imposible el desarrollo de las infraestructuras, y proviene de la Ley de Política Habitacional".
Advierte, además, que cuando se trata de edificaciones de la Gmvv, no se respeta ninguno de estos requisitos, mientras que cuando la ejecución es de carácter privado, les exigen hasta el nombre del progenitor del propietario del terreno en donde re realizará la construcción.
Déficit
Aparte de la carencia de materiales y estabilidad monetaria, el sector construcción también cojea con respecto a la mano de obra especializada.
Según el arquitecto Alfredo Cilento, en los últimos años la albañilería, plomería y electricidad se ha ausentado bastante de estos proyectos. "Hoy en día lo que abunda, sin ánimos de descalificar, es la mano de obra barata", expresó Cilento.
2016-08-29