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Emilio Lovera: "Los comediantes tenemos un veto no decretado"

Sabado, 07 de septiembre de 2019 a las 08:00 pm
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Deisy Martínez

Cincuenta y ocho (58) años recién cumplidos y del proceso de recuperación tras un difícil diagnóstico médico solo le dejaron a Emilio Lovera unos kilos menos y la advertencia de que al menos por ahora, no puede estar muy lejos del baño. Se le ve con buen semblante, asegura sentirse bien y estar listo para seguir trabajando.

Con severidad critica a quienes en las redes sociales se han valido de cualquier enfermedad grave para ganar notoriedad y seguidores y se empeña en desear que el público siga asistiendo a sus shows para reirse con él, pero sin compadecerlo. A la hora de dar una función fuera de Venezuela ese mismo orgullo se planta de frente para advertir: “yo soy venezolano, hablo venezolano y hago mi come-dia como venezolano, si puedes entenderlo bienvenido”.

¿Cómo se encuentra actualmente de salud?

Afortunadamente me encontré con los mejores médicos del mundo que son venezolanos y ellos no solamente me curaron físicamente sino que impidieron que me desmoronara emocionalmente, es decir, el doctor me dijo, Emilio, de esta no te vas a morir y le dije: ah bueno, entonces no hay problema, me da mi tratamiento y ya y así fue. Han pasado 14 meses desde el diagnóstico (cáncer de cólon) y llevo casi un mes operado de la reversión de la colostomía que es la etapa final, quedé un tiempito con la recuperación y van a venir revisiones esporádicas.

Conseguí aquí en el país los medicamentos, los equipos estaban en óptimas condiciones (clínica Santa Sofía) y disponibles, modernos, por lo menos la máquina de radioterapia y me pude hacer todo. Me siento bien para seguir trabajando.

¿Cómo lo tomó su familia?

Yo tengo dos hijos, una hermana y una novia, ella fue la que se ocupó de mí en todo lo que era necesario, fue mucho más eficiente que yo en la administración de los medicamentos, con las horas, cuáles me tocaban, todo eso me lo recordaba ella. Se lo comuniqué a mi hermana y mis hijos de una forma tranquila: mira fui al médico me dijo que tengo un tumor bastante grande pero que no me preocupara, así que no se preocupen ustedes tampoco, voy a seguir el tratamiento. Ellos me dijeron: retírate de todo, no hagas más nada, dedícate a eso, sobre todo porque yo pensaba, bueno entre tratamiento y tratamiento hago este showcito (ríe), sobre todo porque es muy costoso, pero ellos: ¡nooo, retírate, agarra tu descanso y ya!.

Obviamente, en este momento necesito trabajar urgentemente para reponer todo lo que gasté en la enfermedad y gracias a Dios el trabajo se me juntó, no es que la gente no me contrató sino que me preguntaron bueno y para cuándo estará libre, les contestaba que para finales de 2019 iba a tener tiempo y así quedamos, contratado para finales de 2019.

¿Si no fuera por la cancelación de su show por parte del Seniat no hubiera hecho pública su enfermedad?

No, se supo cuando ya había salido de todo. Yo no dije, ¡caramba, yo que soy un artista aquejado de esta enfermedad! Ni di entrevistas para hablar de eso, porque hay gente que lo hace, tengo algunos ejemplos pero no voy a decir quiénes son, pero yo no dije ayúdenme porque estoy muy mal. Es gente que tradicionalmente no tenía una relevancia, no estoy hablando de grandes artistas, o que fueron exitosos, sino de gente que no tuvo éxito en ninguna rama y por lo único que los recuerdan es porque tuvo cáncer. Entonces el público en general puede tener diversas opiniones acerca de eso, pero yo quiero la opinión de que vayan a verme por lo que yo hago en el escenario, no por ayudarme, porque digan: ¡ay no pobrecito vamos a verlo porque tiene cáncer! No, yo quiero que me vayan a ver para que se rían como siempre.

No creo que el público me fuera a ver distinto sino que me iba a comparar con aquellos y eso era lo que yo no quería y hay una afición tan grande a los medios de comunicación no convencionales en los que conseguir seguidores se ha hecho la primera misión. Nosotros que no somos millennials, te hablo de los comediantes viejos que tienen 48 años trabajando como yo, tenemos en la mente todavía las instrucciones del atari, de la agenda electrónica, del televisor culón y del teléfono de discado, que no nos sirven de nada pero no hayamos cómo sacarlas para meterles las instrucciones del Facebook, del Instagram, del Snapchat y de todas esas cosas, entonces no nos acostumbramos, sin embargo, el trabajo que hemos hecho a lo largo de todos estos años nos ha proporcionado suficientes y satisfactorios seguidores. No hemos comprado seguidores ni los hemos conseguido a través de dar lástima o de armar escándalos sino simplemente por el trabajo de toda la vida, quiero que se siga manteniendo así, que no sea porque yo llegué y armé un escándalo.
Por lo que me dice, no simpatiza mucho con las redes sociales…

Me simpatizan mucho pero lo que no estoy es familiarizado con el funcionamiento. No soy (pone voz de sifrino): ay ahora voy a montar un post, no sé nada de eso, de broma monto una foto y escribo algo en el twitter que sí es fácil, es decir no me manejo con todo lo que se hace ahorita con las redes sociales. Poco a poco, soy lento pero seguro, lo malo de las redes sociales es que cuando ya aprendí a manejar el Twitter entonces salió el Instagram y otra vez de cero y nada de lo que aparece sirve para lo que fue creado, el Instagram era una red social para montar fotos artísticas, me acuerdo que cuando salió decía foto tomada con tal abertura, paisaje tal, modificada con este filtro, ahora es (voz de sifrino) bendecida y afortunada, ahora me tomo un cafecito.

¿La presentación en El Hatillo sería la primera luego del tratamiento médico?

En realidad no fue la primera porque yo tuve un compromiso en República Dominicana el jueves anterior (15 de agosto) pero iba a ser mi reaparición en Caracas (17 de agosto), sería el reencuentro con el público. La próxima fecha cambió para noviembre.

Cuando supe que no podía hacerlo sentí obviamente decepción porque quería estar allí y hacer reír a la gente, pero no es nuevo, eso ha pasado. En el país tenemos un veto no decretado, no viajamos en líneas aéreas del Estado, no nos quedamos en hoteles expropiados por el Estado, no tenemos acceso a los servicios ciudadanos que debería proveer pero no hay una negativa oficial sino simplemente como trabaja el hampa, a la sombra, entre ellos dicen: a este no le des pasaporte pero te lo ponen así: ahorita tenemos un problema técnico, vente mañana.

¿Qué lo pone de mal humor?

Pocas veces estoy de mal humor. Cuando tu pareja te lo dice: tú no eres un tipo amargado, no eres un tipo de mal humor, no lo puedes ser, claro a veces lo que me puede incomodar es la injusticia, cuando yo veo que estamos de manos amarradas frente a una injusticia eso molesta a cualquiera, no a mi solamente. Tampoco me voy a envenenar yo mismo, tengo que seguir viviendo y sé que este tipo de enfermedades son producto de esas rabias contenidas, creo que sabía eso y por eso poco me molestaba, trataba de subsanarlo de otra manera, pensar en cómo solucionarlo, pero no me dejé llevar por la rabia.

¿Tienes alguna regla, algo sobre lo que no te guste hacer chistes?

Trato de meterme con todo siempre y cuando haga reír. El problema no es hablar de escatología por ejemplo, el problema es que no sea gracioso, no es hablar o no de religión sino que a los religiosos no les dé risa, porque si les da deja de ser un chiste religioso, pasa a ser uno normal. A mí me gusta el humor blanco siempre y cuando funcione, que provoque risas a granel. El blanco es el que no hace campañas para atacar a alguien, habla de personajes inexistentes que pudieran parecerse a alguien pero no son. El humor rojo o colorado es todo lo que pueda rayar en la vulgaridad u obscenidad. Si yo voy a personificar a un malandro y le quito las groserías se vuelve falso, una de las cosas que funcionan en un chiste es protagonizarlo tal cual como hubiera pasado en la vida real, imitando a un personaje, sea un malandro, sea un cura, un médico, se hace lo más cercano a la realidad porque produce más risa. Creo que el que haya hecho humor en Venezuela sabe lo que funciona mejor al venezolano, qué da más risa y lo practicamos.

¿Al Gobierno no le gusta el humor?

A ninguna dictadura le gusta el humor, por alguna razón odian al humorista y al humor y es porque en principio no entienden el chiste y le molesta que los demás se rían y él no, porque piensan que se están riendo de él y la mayoría de las veces es verdad. No hay delito en echar chiste, no hay forma de comprobar que el del chiste eres tú y que se están metiendo contigo o tu familia, en todo caso implicaría una demanda, no una paliza, ni cárcel.

Pienso que la censura hoy en día es más fuerte porque puede ponerte en riesgo serio, y eso no es solamente aquí sino en el mundo y en las dictaduras venezolanas pasadas también fue así.

¿Estar en el mundo del humor te permite ser optimista con relación a que el país pueda mejorar?

Yo soy fanático de los Tiburones de La Guaira. imagínate lo optimista que soy yo, vamos al estadio, pierden 19 carreras por 0 y nosotros le damos a la samba (baila). Sí soy optimista y creo que Venezuela cambiará, sueño con que cambie, con ver a mi nietecito con una bicicleta en un parque en Caracas o yendo a la playa sin temor de que pase un tipo con un arma larga y nos robe.

Precisamente el mensaje para la gente es que no pierda la esperanza, que se ría porque he descubierto que la risa salva y predispone el ánimo para continuar, para la lucha, para echarle pichón, para seguir trabajando en pro y que es muy fácil colaborar con que esto salga de donde estamos y la primera es siendo honesto, no hay nada que moleste más a los deshonestos porque le echas la partida para atrás, porque ellos solo buscan gente que acepte sobornos, chantajes para seguir funcionando. Le mandaría un mensaje a la dirigencia política si la hubiese, pero no se puede llamar ni tratar como a un dirigente político a quien no lo es, al que tiene otra profesión, me refiero al bando que está mandando, porque no tiene un historial de dirigencia política sino otro, que merece ser llamado prontuario.

En cuanto a la oposición, lo que yo digo es que si vas a criticar lo que hace la oposición hazlo tú, pero desde un teclado, un barrio en Madrid o desde la Zona 4 de Bogotá o Weston o desde tu apartamento en El Cafetal o tu rancho no estás aportando nada. En la medida en que la llamada oposición haga las cosas que tiene que hacer en forma política, encontrará un apoyo en el ciudadano común que haga las cosas como debe, que respete la ley, independientemente de que los delincuentes no lo hagan, esa es la forma no hay otra. No le voy a pedir a la gente que salga a matarse ni nada de eso, un grano de arena es un grano de arena, funciona, suma.

2019-09-07

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