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Gloria Álvarez: No creo en políticos que no tienen intereses

Sabado, 09 de mayo de 2015 a las 07:30 pm
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Odell López Escot/ [email protected]

Luce como de derecha, pero piensa como de izquierda. En realidad Gloria Álvarez, polítóloga guatemalteca, se aleja de ambas tendencias políticas y cree que ambas ya han copado suficiente protagonismo durante el siglo XXI.

Con su teoría del Libertarianismo, Álvarez visitó Venezuela para explicar qué es el populismo, en qué consiste la república, por qué el ciudadano no debe esperar a un ángel caído del cielo que le resuelva la vida y por qué no hay que creer en los discursos demagógicos que pregonan: “yo me debo a mi pueblo y no tengo intereses personales”.

En una camioneta que salió de la torre Credicard hasta el Centro Lido, Álvarez contestó preguntas al Diario 2001 sin un ápice de cansancio, pese a haber terminado una ponencia de hora y media y tras un día cargado de compromisos profesionales.

Usted habla del egoísmo falto de inteligencia y el egoísmo racional. ¿Cómo aplica eso en la política venezolana ?

Todos somos egoístas. Lsiete mil millones de seres humanos que pisamos este planeta tenemos intereses propios, motivaciones propias. Hay que cuidarse los políticos que dicen ‘yo no tengo intereses personales, yo me debo a mi pueblo’ y más de las señoras que dicen ‘necesitamos un hombre bueno, que no piense en si mismo, que no tenga intereses personales’. A menos que ese político sea un marciano está mintiendo, es un populista. Si el individuo sigue esperando por el arcángel que caiga del cielo y no tiene interés por aportar a su sociedad como ser pensante, no vamos a resolver nada.

Venezuela tiene bastante tiempo escuchando discursos populistas ¿Cómo se puede recuperar un pueblo que tiene tanto tiempo acostumbrado a un “Gobierno benefactor”?

Adquiriendo el hábito de la lectura, leyendo qué es libertarianismo, sus mayores exponentes, cómo funciona la economía y la política y sobre todo dejar de ver el Gobierno como un dador de regalos, sino más como un árbitro que administra seguridad y justicia.

¿Por qué el populismo denigra la dignidad de los ciudadanos?

Psicológicamente lo aplasta. Manda un mensaje de que la gente es demasiado miserable, demasiado tonto como para poderse hacer cargo de su propia vida y que necesita de ese Mesías, no para poder tener una vida digna, sino para sobrevivir.

En Latinoamérica el populismo de izquierda se ha expandido desde la llegada de Chávez a la presidencia de Venezuela. ¿A qué se debe esto?

Obedece a un fenómeno histórico que tiene que ver con la psiquis del latinoamericano que es preso de muchas otras cosas que lo llevan a no confiar en si mismo y siempre ponen sus esperanzas en alguien más, en un líder mesiánico. Desde nuestras tradiciones religiosas hasta la violencia familiar, el machismo, la misoginia, la falta de expresión desde la casa, todas esas cosas contribuyen a que el espíritu del latinoamericano esté quebrantado y que no se crea capaz de salvar su propia vida por lo que busca un Mesías que le diga a donde ir.

¿Qué es el libertarianismo que usted propone. ¿En qué consiste?

Es una ideología de libre mercado para que la economía fluya libremente sin que el Gobierno la controle y con libertades civiles es decir, cada uno es dueño de las decisiones personales que toma en todos los ámbitos de su vida. Si a ustedes les gusta el libre mercado se tienen que calar el conservadurismo moral de la derecha, es decir no al matrimonio gay, no a la legalización de las drogas…, y si les gusta la marihuana, escuchar rock and roll y ser hippies entonces tienen que calarse que la economía la controla el Estado. ¿No puede haber una manera de agarrar libertad económica de la derecha y libertad social de la izquierda?. Eso es el libertarianismo. Cuando la economía es libre y el Gobierno es un árbitro que da seguridad, justicia y a todos los ciudadanos se les garantiza su libertad, su propiedad privada y su vida, cada individuo va a poder salir adelante bajo sus propias premisas. Para mi la izquierda y la derecha ya coparon en el siglo XXI, porque inclusive la izquierda del difunto Galeano tiene que reconocer que la única forma de crear riquezas es crear fuentes de empleo y un derechista que ya entró al siglo XXI tienen que reconocer que no son la autoridad moral del universo y que los principios morales son de cada quien.

¿Por qué no hay ningún político que promueva esta ideología como una bandera en sus campañas?

Simple, porque el libertarianismo implica que el pueblo va a tener que hacerse responsable de las consecuencias de sus actos y eso es un concepto muy difícil de vender en tiempos electorales y no electorales cuando a veces la ciudadanía lo que quiere es que el Gobierno los mantenga.

Usted es crítica de las leyes latinoamericanas. ¿No son estas una forma de reglamentar la vida cotidiana?

Federico Bastiat dice que la ley ley no tiene por misión regir nuestras conciencias, ideas, voluntades, instrucciones, sentimientos, intercambios, dones o placeres. O regular cuántas prendas me puedo comprar en Zara o cuantos rollos de papel higiénico me puedo comprar. No. La ley no está para eso. La misión de la ley consiste en impedir que en todas esas cosas los actos de uno no atropellen los derechos de los otros. Como dijo Jesucristo, no le hagas a otro lo que no quieres que te hagan a ti, pero la ley se ha pervertido.

2015-05-10