Deisy Martínez | [email protected]
El nombre del abogado penalista Gonzalo Himiob, junto al de Alfredo Romero y Foro Penal, han permanecido ligados indiscutiblemente a la causa de los llamados presos políticos en el país desde que se tiene idea del concepto: una persona que es privada de su libertad, no porque haya cometido delito sino porque el poder quiere neutralizarla.
Aparte de lo que constituye su tema principal, el vicepresidente de la ONG echa una ojeada a la situación de los derechos humanos (DDHH) en nuestro país en general y afirma que desde hace décadas, antes de la llegada del chavismo, Venezuela no se caracteriza por el respeto a esos derechos, pero desde Hugo Chávez la crisis en dicha materia se fue acentuando para crecer vertiginosamente hasta nuestros días.
¿Cómo evalúa la situación de los DDHH actualmente en Venezuela?
La crisis de los DDHH en Venezuela tiene mucho tiempo, es un país que desde hace décadas no se han caracterizado por ser respetuoso de esos derechos en general, eso se constata cuando uno investiga temas como la tortura y te encuentras con que se ha enseñoreado desde hace mucho tiempo, es decir, ahora se ha incrementado su uso como un mecanismo de intimidación, de amenaza, de retaliación contra personas por motivos políticos particularmente, pero eso no quiere decir que antes la tortura no existía, cuando se analiza el panorama histórico te das cuenta que Venezuela desde hace bastante tiene una crisis importante en materia de violaciones a los DDHH.
Cuando me gradué en el año 92, tenía cuatro años trabajando en tribunales penales y en ese período me pude dar cuenta que la situación de las cárceles era aterradora y estamos hablando de un período incluso antes del chavismo, era una situación bien delicada el hacinamiento, la imposibilidad de tener acceso a alimentación, tratamiento médico adecuado, a posibilidades de respetar cualquiera de lo que son las reglas mínimas para el tratamiento de los reclusos a nivel internacional, ¿cuál es la situación actual? seguimos en una grave crisis de DDHH que se ha exacerbado en las últimas dos décadas porque las instituciones del sistema penal, la policía, la Fiscalía, los tribunales, además de todas carencias estructurales que ya venían arrastrando desde antes, suman ahora el hecho de que definitivamente están siendo utilizados no para cumplir las funciones que deben, para reducir los márgenes de inseguridad, ahora son usados como un arma de intolerancia, una forma de control de los poderosos contra la ciudadanía.
¿Cuántos presos políticos hay a la fecha y dónde están ubicados?
Las cifras siempre varían porque es un fenómeno dinámico, no es algo que se estanca, por eso creamos el concepto de la puerta giratoria, un día excarcelan a 15 personas pero otro día encarcelan a 20, o los sueltan aquí en Caracas pero agarran a otros en Lara. A la fecha hay 478 presos políticos, pero además hay otra cifra que también es muy importante, tenemos registrados 8.906 personas sujetas a procesos penales por motivos políticos pero bajo medidas cautelares, no están presos pero están restringidos en su libertad, allí es donde se ve claramente la tergiversación de las finalidades del proceso penal que se supone que es para administrar justicia, para saber si una persona es culpable o inocente de un delito pero cuando se extiende el proceso, un muchacho que tenga presentación cada semana y pasan tres meses, un año, tres años y cada vez que viene a la audiencia se la difieren, le estás limitando su libertad de manera indefinida, le estás aplicando una pena anticipada, estás utilizando el proceso no para determinar la verdad sino para castigarlo. Tenemos 85 presos en Ramo Verde, 55 en arresto domiciliario, 59 en comandancias policiales de todo el país, 27 en el Dgcim de Boleíta, 31 en cárceles del Sebin, 4 en Uribana (Lara), 13 en La Pica (Monagas), 2 en el Inof (Los Teques), entre otros.
¿Cuáles son las violaciones de DDHH más recurrentes entre esos presos?
Hay patrones que se mantienen, sobre todo en las manifestaciones, el abuso en el uso de la fuerza para el momento del arresto, es decir, ejercer violencia innecesaria contra personas que incluso ya están sometidas o arrestadas, eso pasa muchísimo, sobre todo cuando hay manifestaciones masivas. Otra cosa es la incomunicación, la dilación indebida, de acuerdo con la Constitución a la persona la tienen que presentar (en tribunales) en un plazo máximo de 48 horas después del arresto, esto no se cumple, la persona puede estar 5, 20 días sin presentarse. Esto ha llegado a niveles de un surrealismo tal que yo se lo cuento a la gente de afuera y no lo creen, que llegas a la Dgcim y dices mira yo vengo aquí a averiguar si aquí tienen detenido al señor fulano de tal, te dicen: no lo tengo detenido pero tráele comida o tráele un colchón, pero jamás te lo reconocen.
¿La tortura es muy recurrente?
La violencia al momento del arresto y durante este es constante, también los tratos crueles, inhumanos y degradantes en la negativa al cumplimiento de normas mínimas al tratamiento del recluso, por ejemplo que permitan estar al aire libre, a la luz del sol, eso es constante, la falta de asistencia médica oportuna y adecuada, tenemos en estos momentos 22 presos en Ramo Verde que la necesitan urgentemente y se hacen los locos. Particularmente en el Sebin y la Dgcim son recurrentes los casos de tortura sobre todo cuando el poder quiere mandar un mensaje muy claro a determinados grupos, por ejemplo los militares: cuidado con lo que haces porque te puedo meter preso y te puedo torturar y hasta matar, es el caso del capitán (Rafael) Acosta Arévalo.
En custodia han muerto 6 personas por distintas causas, uno dicen que se suicidó. El resguardo de una persona, sea quien sea es responsabilidad del Estado.
¿Usted podría decir que se han dado liberaciones de presos políticos raíz de esas conversaciones que se han dado entre Gobierno y oposición?
No y pasa lo siguiente: lo peor que le puede pasar a un preso político es que lo deshumanicen y que lo conviertan en una cosa, en este caso en una ficha para negociar con ella, porque quien va a negociar termina entendiendo que al momento de sentarse en la mesa tiene que tener la mayor cantidad de fichas posibles. Sí es verdad que se sientan Gobierno y oposición en una mesa y dicen mira excarcélame al diputado tal y fulanito y zutanito pero en paralelo te están encarcelando a 30 más, porque el Gobierno lo necesita, esas fichas le son útiles en la mesa. Por eso la posición del Foro Penal siempre ha sido que no se puede negociar los presos políticos, si te vas a sentar en una mesa y pones condiciones de cambio político eso es una cosa pero sentarte a discutir, a quién vas a soltar y a quién no es absolutamente inaceptable, entre otras razones y se lo acabamos de cuestionar al informe de (Michelle) Bachelet, porque eso implica seleccionar los entre comillas presos prioritarios y ningún preso está por encima del otro, hay unos que son más mediáticos, llamativos, pero todos los presos padecen la misma tragedia.Cuando llegas a una mesa el Gobierno te va a decir, bueno pero dime cuáles son los casos más importantes y allí se hace una selección perversa porque excluyes a otros. Cuando nos hacen un planteamiento así decimos que quizás el único criterio que pudiera ser válido para determinar una lista de prioridades es el estado de salud porque hay unos que están corriendo un riesgo determinante y claro de sufrir alguna enfermedad grave o incluso hasta de fallecer en la cárcel y es lógico que pongas el valor vida por encima de todo lo demás. Es más, estadísticamente hablando cada vez que se habla de un diálogo suben los presos políticos porque el Gobierno sabe que necesita las fichas. No estamos de acuerdo con que se use a los presos políticos como monedas de canje en ninguna mesa de negociación, y siempre le hemos exigido al liderazgo político que si va a tocar ese tema que sea como una precondición: libérame a todo el mundo primero y hablamos.
¿Qué le permite a Foro Penal afirmar que hay represión en Venezuela pese a que no hay protestas como 2014 y 2017?
En general la represión tiene dos caras, la masiva y la selectiva. Cuando hay expresiones masivas se produce casi siempre represión masiva, a mí en una sola audiencia me tocó atender 121 muchachos en 2014, los de los campamentos del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) en Altamira. Como no ha habido protestas de la intensidad de ese año y de 2017, esa represión masiva ha cesado, pero sí hay represión selectiva, es decir, el poder se ha ocupado de perseguir personas que identifica como enemigos para cumplir sus finalidades políticas, fue lo que pasó con los allanamientos contra personas a las que Juan Guaidó designó como sus embajadores.
Decir que no hay manifestaciones masivas no quiere decir que no las hay, en Venezuela se protesta todos los días, son pequeñas pero muchas y en todos lados, pero como son en las zonas donde más está sufriendo la gente la crisis económica, que son las más humildes, el Gobierno en ese caso no recurre al arresto como mecanismo represivo sino a cosas peores y por eso a las FAES se les está catalogando como un grupo de exterminio, porque llegan a los barrios y hacen y deshacen, se les reprime con miedo, con colectivos, es una represión silente, fuerte, dolorosa, pero en zonas en las que las personas por su situación de vulnerabilidad no se atreven a denunciar. La represión está focalizada en zonas de bajos recursos, es mucho más violenta y selectiva, más ejemplarizante.
2019-09-15
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