Armando Altuve
Con el ingreso de nuevos diputados a la Asamblea Nacional por los partidos que conforman la fracción de la oposición, al Gobierno le tocará rendir cuentas. Eso no fue una advertencia de momento, sino que venía planteándose desde la intensa campaña que hubo de cara a los comicios legislativos. La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en lo que denominó la “agenda legislativa por el cambio”, en la que presentó la oferta de leyes a discutir y sancionar en los próximos años, asomó una lista de interpelaciones a ministros y otros funcionarios para que den explicaciones de la crisis económica y los diferentes problemas sociales que han aquejado al país en los últimos años.
Obstáculos. Las resistencias afloraron. A un mes de haberse instalado el nuevo Parlamento, los diputados de la MUD han tenido poca receptividad ante los llamados hechos a diferentes funcionarios. Para especialistas en el área política como Luis Salamanca y Guillermo Tell Aveledo detrás del comportamiento de los ministros y demás figuras del Gobierno se revela que aún no existe un reconocimiento pleno del nuevo parlamento y pretenden hacer caer a la oposición en un juego para obstaculizar su actividad legislativa.
“Todas esas acciones ponen en el tapete que hay detrás una estrategia de obstruir a la Asamblea Nacional. El oficialismo reconoció tímidamente los resultados del 6 de diciembre pero no acepta las implicaciones que tiene el haber perdido la mayoría en el parlamento. El escenario que se vislumbra es que se buscar crear un juego en el que la oposición no debería caer porque eso desgastaría”, asegura Salamanca.
Por su parte, Tell Aveledo resalta que la importancia de las interpelaciones permite que los ciudadanos tengan también más control sobre las acciones y recuerda que es una acción legal a la que los ministros y demás funcionarios públicos deben acatar. “El que no la debe no la teme”, enfatiza el politólogo y profesor de la UCV, quien asoma que en las filas del chavismo aún persiste la negación ante la realidad.
Salamanca afirma que la actitud de desacato que tienen los funcionarios del poder revela además que el Gobierno sigue escudado en los demás poderes. Por ello, comentó que se ha buscado un “estancamiento institucional” con el “juego político” del oficialismo que, a su juicio, también pretende movilizar al pueblo.
“Pero hoy las personas saben bien cuál es la realidad, y esa actitud podría tener un costo para el Gobierno, en vista de la mala percepción que tiene la población sobre la gestión”, dijo Salamanca, quien recordó que el no asistir podría traer sanciones previstas en Ley de Comparecencia de Funcionarios Públicos.
La compleja situación económica del país, que se agudiza por la caída del precio del petróleo, han movido las fibras dentro de la plenaria como en el Gobierno durante las últimas semanas. El presidente de la República, Nicolás Maduro, propuso un Decreto de Emergencia Económica que presentó ante la AN y que, posteriormente, fue rechazado por la mayoría de los diputados luego de que varios ministros y funcionarios, entre ellos el presidente del Banco Central de Venezuela, Nelson Merentes, decidieran no comparecer ante la comisión que evaluó el decreto el 21 de enero de 2016 por considerar que los diputados de la oposición pretendían montar un “reality show”.
Posteriormente, los diputados que presiden las diferentes comisiones permanentes solicitaron a funcionarios acudir al Palacio Federal Legislativo para que rindieran cuentas y explicaciones sobre diversos tópicos, aunque algunos se excusaron y no asistieron. Pero el pasado 2 de febrero, Maduro, con miras a “ampliar el balance y la conciencia”, instó a su tren ejecutivo a ir a las interpelaciones y comparecencias que ordene la Asamblea Nacional después del asueto de Carnaval.
“Le he dado órdenes expresas al vicepresidente Aristóbulo Istúriz para que después de Carnaval, él encabece a todo el Gobierno nacional y se vayan a las calles a rendirle cuenta al pueblo de 17 años de revolución y se vayan a la Asamblea Nacional a atender todas las invitaciones de esa gente”, aseguró el mandatario.
Al día siguiente, las inasistencias siguieron. 6 funcionarios del Gobierno que habían citado para ese día no fueron a la AN, siendo solo Jorge Arreaza, ministro de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, quien se excusó por estar fuera de Caracas cumpliendo un mandato del presidente. El exvicepresidente fue citado para dar detalles sobre la crisis universitaria del país ante una comisión especial que lleva el primer vicepresidente de la AN, Enrique Márquez. En esa oportunidad, ni las autoridades del BCV, Cencoex ni el Ministerio de Finanzas tampoco acudieron pero pidieron una reprogramación.
Ni malos ni buenos
La socióloga y analista política Maryclen Stelling consideró que los funcionarios deberían comparecer ante la AN, aunque resaltó que lo que ha privado en el Parlamento desde la instalación de los nuevos diputados ha sido un conflicto que trasciende de lo electoral a lo institucional. “Es un conflicto entre ambas fuerzas donde no hay ni buenos ni malos”, aseguró la especialista quien considero que el ambiente no es propicio para las comparencias y los acuerdos entre las partes.
2016-02-07